Capitulo 2

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Observo fijamente la luz roja del semáforo, esto logra que de pronto me pierda en mi mente. Un suspiró brota con pesadez y luego el sonido de los coches me sacan del trance y continuó el trayecto.

Al llegar, con pasos lentos me dirijo directamente al ascensor, presiono el piso y las puertas se cierran. Una vez más un suspiro y froto las palmas de mis manos en mis ojos, me arden por mantenerme todo el día metido en el computador editando fotos aquí y allá.

El bip del ascensor me deja saber que estoy en mi piso y al abrirse las puertas, con pasos largos me planto frente a la puerta de mi apartamento y en silencio entro. La oscuridad reina y ni siquiera me molesto en encender las luces, cojo el camino directo a una de las habitaciones y al entrar y encender la luz, el color rojo absorbe todo mi alrededor.

Dejo las llaves sobre una de las mesitas y comienzo a ver todas las fotos que penden sobre la cuerda. Unas me agradan, otras no tanto y comienzo a elegir. Muero de sueño, pero en este momento lo que me mantiene de este modo, trabajando la mente es, Grace.

Me odio por ser del modo en que soy, y aún más, con ella, que no ha hecho nada más que dejarme saber cuán importante soy en su vida. Por mero impulso la busco, y aunque me la puso difícil buscándola por mis propios medios, porque sería muy ridículo pedirle a Clayc ayuda, un día seguí a su mejor amiga y por fin di con ella.

¿Que sentí al verla?

Alivio, felicidad, un extraño hormigueo en la boca de mi estómago, ganas de llevarla a su recámara, desnudarla y hacerla mía, pero lo evité, mantuve la compostura por respeto a su decisión conmigo. Acaso es ¿Egoísmo de mi parte todo lo que le dije? Si, un egoísmo de otro nivel, pero es que lo cierto es que yo no puedo verla en brazos de otro que no sea yo, así de egoísta suelo ser, y sé que no está bien.

Me quedo estático al notar que no estoy eligiendo bien las fotografías y soltando un bufido dejo todo a un lado y salgo de la habitación al apagar la luz. Tengo esa ansiedad de querer tomar un vaso de lo que sea, pero que claramente sea licor, así que, sin otra alternativa, vuelvo a la sala y enciendo las luces, me tambaleo en mi lugar y el corazón se me va de inmediato a la garganta.

–Ya deja de hacer eso, ¿Quieres? –este chitea y paso a su lado. –Estoy considerando cambiar de cerradura, esto ya no te pertenece.

–Cuando vivía aquí lo que menos faltaba era claridad, pareces un vampiro, ¿De dónde carajos, sacaste esas enormes persianas?

–Las mande a fabricar.

–Mierda... –llego hasta el mini–bar, mismo que yo compre ya que en este pent–house no estaba y me sirvo un trago de tequila porque quiero algo que tome sin pensarlo mucho. – ¿Cómo van las cosas? ¿de dónde vienes?

– ¿Hace cuánto estas aquí? –me tomo el trago de tequila y ni siquiera me inmuto. – ¿Acaso me viste llegar? –levemente asiente y sonríe.

Por Favor, Dame Lo Que Te Pido ·Saga Por Favor #2· ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora