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22 | Día perfecto

Si alguien me hubiera intentado describir la sensación que atacaría mi cuerpo al estar aquí de pie, viendo al hombre del que estoy muy enamorada, preguntándome lo que tanto deseabas, jamás hubieran podido si quiera coincidir un poco, ni un solo detalle.

Y es que se siente más allá de lo real, cómo si algo se hubiera bloqueado, y me impidiera ver a mi alrededor, solo puedo verlo a él, esa sonrisa tan única, sus dientecitos de conejo invitándome a derretirme aún más, esos ojos negros tan hermosos, consiguiendo que mi corazón de muchos vuelcos.

Intento controlar mis nervios, me atrevo a dar un par de pasos hasta tenerlo tan cerca como quiero —Creo que tengo que pensarlo —Su rostro cambia automáticamente, solo quería hacer una pequeña broma pero estoy a punto de joderlo todo —ES BROMA, ES BROMA, ¡CLARO QUE SÍ!

Sin dudarlo un solo instante me lanzo a sus brazos, estos me reciben tan cálidos y fuertes, tal cual como los recuerdo. Consigue levantarme haciendo que demos un par de vueltas en el mismo lugar. Y al fin escucho las voces de las demás personas cerca de nosotros, felicitándonos, aplaudiendo y compartiendo la misma emoción que embarga mi corazón en este momento.

—Espero que no pienses que es algo apresurado, pero... —me alejo unos centímetros para callarlo antes de que diga algo sin sentido.

—Basta... es perfecto —Al fin nuestros labios se unen. Lo había extrañado tanto, solo quería estar en sus brazos, abrazarlo tan fuerte, sentir su calor, su protección, y ahora más que nunca puedo hacerlo.

Taehyung
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—¿Taehyung donde demonios te habías metido? Te estuvimos llamando durante todo el fin de semana y no respondiste. Tuvimos que reprogramar la reunión con los inversionistas —Agradable recibiendo para iniciar esta semana. Ya había olvidado la irritante voz de Nancy, suele ser divertida cuando se encuentra en una buena posición sobre mi cama, pero cuando empiezo a escucharla regañándome por temas de la empresa, solo escucho un fastidioso ruido.

—Calma, ya estoy aquí, he tenido que resolver algunos inconvenientes.

—¿Y con cuantas específicamente? —Golpea la mesa enorme de la sala de conferencias con las carpetas que lleva en el brazo.

Esa actitud solo consigue sacar la peor versión de mí, lo único que conseguirá será que deje todo sin terminar y me largue a cualquier lugar, pero lejos de aquí.

—Nancy no me jodas la mañana con tus celos.

—Por un demonio que tienen las personas que piensa que todo esto es por celos —Con un brazo sobre el vidrio de la mesa, apoyo mi rostro en mi mano, y giró la silla para ver con lujo de detalle la rabieta que está a punto de hacer —Esta empresa ahora depende de ti, y si no cumples con todas las responsabilidades conseguirás que terminemos perdiendo el control.

—¿Sabes lo que ocurre contigo?

—¿Qué ocurre conmigo?

—Te hace falta follar, deberías buscarte un noviecillo, ya conoces que, por experiencia esa boquita que usas para gritar a medio mundo se mantiene cerrada cuando alguien te coge bien. Aunque dudo que encuentras a alguien que lo haga mejor que yo —Orgulloso de mi comentario, regreso el asiento a la posición anterior.

—Eres un imbécil, me largo de aquí, y espero que no jodas todo en esta reunión.

ESPERA. ¿Piensa dejarme solo con estos hombres, que solo saben decir tonterías? Claro que no, no iba a recibirlos solo.

—¡¿Pero... a dónde vas?! No puedes dejarme solo con esto —La veo caminar rápidamente a la salida, y solo me encantaría tener un control remoto para cerrar la puerta e impedirle que saliera.