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38 | Todo o nada

Taehyung
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—Ahora si tengo todo el tiempo del mundo para ti, lo prometo. Anda dime, ¿para qué me necesitas?

Espero que en esta oportunidad no busque tontas excusas y salga corriendo, luego de varias semanas vuelvo a verlo, y espero que ahora si sea para que yo sea escuchado.

—Primero que todo necesito que no salgas corriendo, porque si vuelves a hacerlo, te pateare el trasero —Sentencio, es mejor prevenir que lamentar.

—Prometo que no me moveré de este sofá, bueno excepto si voy al baño...

Rodeo los ojos por su comentario. Me encuentro un tanto desesperado, conseguir a un profesor de patinaje es un tanto difícil, más aun los que conservarán su paciencia durante todo el camino, y vaya que será difícil conservarla en mi caso.

—Necesito que... —Dudo de hacer este pedido, pero ahora que lo pienso, él sería la mejor opción que tengo.

—Necesitas...

—Necesito que me enseñes a patinar.

Sus ojos se abrieron demasiado, y es obvio, nadie pensaría que alguien como yo pidiera este tipo de favores, pero vaya que estoy cambiando más de lo que deseo. No estoy muy satisfecho por el resultado del último fin de semana, terminar con el codo de Henrry clavado en mi costilla no era un buen final para mí.

—¿Patinar? —Cuestiona aún con la expresión de asombro en su rostro—. Claro... no pudiste pedirle a nadie mejor. ¿Cuánto sabes?

—Bueno... apenas puedo mantenerme de pie.

Si él será el encargado de enseñarme debo ser sincero. Ahora que me escucho a mí mismo, me siento muy ridículo por intentar esto.

—En este caso tenemos mucho trabajo por hacer... ¿Y puedo saber por qué quieres aprender a patinar? Te conozco suficiente tiempo y dudo mucho que sea por tu propio gusto —Y tiene toda la razón.

—No es un delito querer experimentar algo nuevo, ya me aburrí de firmar infinidad de documentos para Nancy y de ir al Club solo cuando se crean conflicto de gran magnitud o alguien no puede pagar su deuda.

Bien... más aún me acabo de dar cuenta de la enorme diferencia que hay entre las actividades que suelo ejercer y la nueva que quiero aprender solo para no quedar en ridículo frente a Hannah nuevamente.

—Bien acabo de escucharte, y sigo dudando de que esta nueva actividad la hayas elegido tú. ¿Tal vez alguien con el nombre de Hannah... tiene que ver con este cambio? —Conoce más de lo que debería. Demonios.

Evito su pregunta. Me acerco a la pequeña mesa de vidrio en la que se encuentran mis licores favoritos y me sirvo una copa de wiski.

—Pero que tierno eres —Sonríe de forma extraña y adorable al mismo tiempo causándome una sensación extraña en la boca del estómago—. Quieres aprender a patinar por Hannah. No me digas que... —Lleva una mano sobre su boca y se levanta de improviso para soltar una de sus típicas tonterías—. Te estás enamorando de Hannah.

¿Qué? De ninguna manera, solo intento pasar un momento agradable con mi sumisa.

—Namjoon, cuando será el día en que hables algo coherente —Dejo caer mi trasero al sofá intentando disimular lo confundido que estoy por sus palabras.

—A mí no puedes engañarme, te estás encariñando con ella y no te culpo es una chica muy agradable, inteligente, y muy, muy hermosa.

Ok, ese ultimo comentario solo consigo incomodarme aun más.