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Que me quieres

   Dime que me quieres, real y sin palabras. Dilo cuando esté en tu movimiento, explícito en tus pasos libres.

   Dime que me quieres, cuando sea cielo y cuando sea tierra. Nunca ha sido sobre la fiesta o sobre el calor.

   Dime que me quieres cuando decirlo no sea distancia y mucho menos costumbre.

   Aleluya, aleluya, aleluya; encontré esto, necesito esto.

   Te quiero fuerte, como tu sed de verano.

...

   Ansiaba encontrar verdad en esos susurros, pero ganaba duda con la costumbre del contacto. Y pudo haberme querido o haber malgastado todas esas palabras, pero divagar en ello es seguir gastando líneas agotadas.

Cuatro letras mortíferasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora