Rojo y dorado
"Roja es la pasión y de oro la gloria", eso dicen algunos poetas cuando están enamorados, cuando divagan en la simplicidad del romance; yo no soy poeta, no soy poeta, pero roja es la pasión y de oro la gloria.
Cuando dije "abrázame, pero no fuerte", te abrazaba un poco demasiado fuerte. Quédate en mi sangre, cariño. Permanece en mi sangre.
Somos abstractos, notas dementes en buenas rolas; buen arte.
Me haces quererte, me has tornado en desvelo; ahora mi alma camina desnuda y danza en la noche alrededor del fuego, por ti, por ti, tal vez condena, tal vez placer.
Tus labios son vino divino, tus palabras la ambrosía, en tus ojos hay verdad, me dejas sin sequía. Y estoy postrado de rodillas, con aliento perdido en tus manos sutiles.
Rojos tus besos, de oro tu sonrisa.
...
Cambio en mis palmas, no como antes, cuando estaba disperso en el viento. Me hizo sentir invencible, no como cuando era invisible.
Y me pregunto qué cruel mundo es este, lleno de pasión en la dulzura del declive, del descenso. Era invencible, pero me hizo insaciable.
Le amaba, y perdí mi respiración por sus manos feroces.
Yo era suyo cada vez que caía más bajo. Amarle fue un ritual alrededor del fuego.
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Cuatro letras mortíferas
PoesiaNo muchas personas creen en fantasma, pero yo soy un ferviente creyente. Sus ojos, las sombras de sus manos aún en mi cuerpo, incluso su nombre, allí está mi fantasma. Tengo miles de fantasmas que emergen del pasado, pero nunca alguno había suje...