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   Si lees esto, quiero decir que quiero ir a Colorado, tal vez algún día llegue a América, pero ahorita solo quiero estar en playa Colorado; aunque la verdad, ya no quiero seguir en Venezuela para no tenerte aquí a mi lado.

   Quiero escribir poesía, con la música puesta, rimas sobre ti muriendo en una ola. Sabes que amo las metáforas, esta una de ellas, como cuando decías "hola".

   Sí, lo he escrito con comillas, porque así lo decías; tal vez yo esté de suerte, porque nunca me entendiste a mí y menos a mi poesía.

   Está bien, sé que ya no estás, pero eres un parásito; no te ofendas, no es un insulto, es que no sueltas mi futuro. Sé como mi abuela, ella ya no está, aunque ahora esté en las nubes aún me hace sentir seguro.

   Tú lo sabías, que era un hijo de nadie, muriendo aquí y allá, pero tú me disparabas para que lo sintiera, no para que muriera. No me han desterrado mi padre y mi mamá, tampoco es que yo lo quiera, solo quiero que me digan que mañana ya no habrá niebla.

   Me hiciste una pieza de jade finamente pulida, digo jade porque el color de la vida es verde, ya no estoy tomando huidas.

   Sabes que estoy obsesionado con la música, nunca te gustó especialmente Lana; gracias, me diste un escape y una musa, y un lugar donde de ti no había nada.

   Realmente de eso siempre fue esto, de decir cómo me siento; por ti no siento nada, tú sigue siendo una roca en tu perpetuo desierto. Yo mejor enterraré mis pies en la arena y veré como la ola que mencioné sofoca tu momento, de ti sigo sin querer nada, fui un oasis en tu tormento.

   Cuando llegue a Colorado, y sigue sin ser a América, solo para que sigas el hilo; cuando llegue a Colorado veré el cielo tranquilo, escribiré poesía en mi laptop y no con una pluma y diré tu nombre con sigilo.

   Sí, con sigilo, haré de eso un alivio.

Cuatro letras mortíferasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora