51

28 3 1
                                    

Antología

Hoy me desperté, por supuesto;
solo para poder pensarte un poco
y mantener una charla corta e inmoral con Dios,
sobre ti, por supuesto.
Estoy en mi cuerpo astral,
materializando tu nombre para que sepas lo que tengo que decir;
ni siquiera he preparado el café,
y sé que estoy extrapolando mis pensamientos,
trazando en mi mente un camino
desde mi habitación hasta tu acera,
solo para decirte que la vida no es difícil.

Yo no necesito olvidarte,
ya tampoco quiero hacerlo,
pero no olvides que te he dejado entre las olas,
con el rostro hacia el sol,
para que te cueles como el agua entre la arena
y que alguna luz sagrada descienda sobre ti.

Realmente la vida es simple,
elijo esto,
correr descalzo y desnudo,
con la ropa puesta, claro;
esta vez no es metafísica, ni espiritualidad,
es solo mi filosofía,
en serio espero que lo entiendas.

Hoy solo desperté,
y estoy alegre por el crecimiento de nuestra generación y el nuestro,
por la expansión de algunas mentes y algunos horizontes
y por pensarte sin lluvia.

Hoy solo desperté
para decirte que la vida es sencilla, cariño,
y que puedes encontrarme oculto en el firmamento,
donde no existen los fantasmas,
ni pasados,
donde el hombre nunca podrá poner los pies.

Hoy solo desperté
para que sepas que no ardo más,
y que en serio espero
que algún día quieras reír conmigo de nuestra catástrofe,
frente a frente
y no en un callejón intransitado de nuestras mentes.

Estoy en el norte, por si te lo preguntas,
no en el tuyo, eso es obvio.
Estoy en las montañas,
fuera del centro magnético de la guerra,
trazando mi cuerpo entre las nubes
para que en un mapa perfecto
puedas ver donde llevo tu nombre.

La vida es sencilla, cariño.

Cuatro letras mortíferasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora