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Podría

   Cariño, decir muchas cosas podría, si puedo decir que te odio, podré decir que te amo. No hace falta decir unas cuantas, como el hecho de que duele y que es un hecho que te extraño. ¿Realmente no lo ves? Grito ese nombre tuyo fuera del caos, en medio del daño, y si no ves la diferencia es porque ambos somos extraños.

   Por lástima y no suerte, te conocí fugazmente en un tiempo de euforia, nuestra cima, nuestro clímax, con juventud y gloria. Ya está claro, sin cortina de humo, fueron noches de infamia notoria; cuando el fuego quemaba esta piel, yo solo gritaba victoria, y esos ecos me han dejado seco, han quedado en mi memoria.

   Ya los ves, pero dime, ¿ya lo ves? Si puedo decir que te quiero, podría decir que te amo. Por toda nuestra demencia, tú de las balas y yo del caos el amo. Ya todo está dado, de pie no ha quedado nadie, tú y yo no somos soldados.

   Y aún te amo, sin sentido, solo porque no quiero olvido; sí lo he intentado, pero es peligro como un cuchillo en las manos de este niño.

   Te extraño, lo siento; me culpo por ello.

Cuatro letras mortíferasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora