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No es consecuencia

   Estoy perdido en tu porquería, pero soy culpable como tus besos malditos; me desvanezco por buscar tu camino y no el mío.

   Y espero tener buen sexo contigo, así habré perdido la cuenta de todas las veces y todos los besos, y sin cuenta, no habrán memorias.

   Estoy inmensamente perdido cuando dices que me quieres, siempre creo en esa distancia dulce, cuando lo dices para mantenerme lejos.

   Y fallo, fallo por verte como consecuencia y no como error creciente.

...

   Divago, desglosando el tiempo de ese instante, de esas 3 horas de gloria y fama; no fuimos más, solo un momento y ya. Vaya, vaya, mira como lo saboteamos, incluso esos sitios en los que nunca estaremos.

   ¿Quién soy y dónde he estado?

   Y caeré siempre en ese abismo que interpone, diciendo que me quiere para no cruzar la línea.

Cuatro letras mortíferasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora