1

99 16 0
                                    

Alguien para amar

   Podrías llamarme erróneo o tal vez acertado, pero no decidas, sé real. Estoy en ambos extremos.

   En estas ventanas es claro que puedo verte y mirarte, en mis dedos descalificados radica la diferencia. Eres verbo, eres verbo, en inacción pesada.

   Ahora somos nosotros el movimiento, el paso firme y el cambio en la corriente; somos nosotrso, no uno. Somos tres, llámale pasado a la sombra en tus ojos.

   En tus surcos yace la verdad, en tus líneas claras. Tu piel es un cementerio, de nombres y de memorias; cada paso es contradicción.

   El miedo corre en mis venas cuando estoy en tu camino con pasado pesado, y peor aun, cuando estoy lejos. Un día cerré los ojos, pedí aventura y frenesí, al abrirlos estaban los tuyos, y agradezco a quien sea que haya oído.

   Ámame con cada célula y yo te daré cada poro.

...

   El inicio fue un precipicio dispuesto en sus ojos, me acerqué al borde y me lancé. Nos conocimos en noches eufóricas, la euforia nos hizo frenesí; cada vez que el tiempo se escurría de nuestras manos me sentía adicto, y lo estaba.

   Confiaba en sus manos, y peor aun, en mis ojos.

   Su pasado era el mayor presente y más real que incluso mi nombre, sus ojos lo decían. Yo era testigo ante la lucha de su andar y su clima pesado. Y confiaba en borrar el pasado cuando debía temer a sus pasos y a los "te quiero" sutiles.

   Llegaba el invierno, y no me refiero a la estación, sino al ambiente que se cernía de a poco sobre mis manos confiadas; pero era verano en sus ojos, caí en un verano metafórico.

   Si los muros hubiesen caído, me habría amado.

Cuatro letras mortíferasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora