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Transparencia

   No soy inocente, no soy una víctima; no soy la presa ni el lobo feroz, soy solo un rebelde nato. Soy yo quien sangra, pero no soy la víctima ni el cazador.

   Si buscase a mi enemigo, lo hallaría en el espejo, lo hallaría en los impulsos de mi cerebro. Nací en medio de la tormenta y el ruido me hizo dulce, amargamente dulce. ¡Denme el litio, solo quiero el litio!

   He caído y he muerto un millar de veces por la causa perdida de un sueño intangible, porque nadie puede amarme y pido que alguien me ame. ¿Acaso yo no soy alguien?

   Soy franco, el amor es solo una ruina, es solo mierda de la que los poetas lucran; pero no te vayas amor, eres siempre un error y yo solo un amante.

   Era joven hasta la eternidad y hallé la muerte al ser amante, y si eso no es castigo, cómo podría llamarle al amor que arde en estas venas malditas. Era joven eternamente y se drenó la vida por los ojos de mi amante, por las manos de ese sueño.

   Ya comprendo que el dolor no es el castigo. Soy el caos, tengo el poder.

Cuatro letras mortíferasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora