Dulce
Azúcar en mis labios, lamida por fantasmas; azúcar en mis labios, licuada en tu saliva. Me pierdes, me encuentras, en una vereda sin salida.
No ves lo que me has quitado, ya no hablo de ser amantes dispersos y menos sobre un legado de rebeldía. Nunca verás a un verdadero poeta solo por tu refugio en la cobardía, no te culpo, yo por ser osado moría.
Cristales de azúcar en mi cuello, en mi ombligo y más allá por el sendero, realmente no hablo de mi cuerpo, esto para ser sincero. Tú cortabas flores dulces en un campo, a eso me refiero, y realmente no hablo de flores, soy sincero de nuevo.
Azúcar morena con regusto amargo, todo eso me has robado; en una pradera me cortaste como a muchos otros has cortado. Si era antes un zafiro dulce, ahora soy un jade salado, bañado por unas cuantas olas que emergen del pasado.
Realmente no quiero hallarte, pero sigo jugando a buscarte; juego a comprar azúcar y a hacer limonada con los limones que me dejaste. No tienes derecho a dármelos, actúas como la vida, jodiendo en todas partes, también debo decir que actúas como cobarde.
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Cuatro letras mortíferas
PoetryNo muchas personas creen en fantasma, pero yo soy un ferviente creyente. Sus ojos, las sombras de sus manos aún en mi cuerpo, incluso su nombre, allí está mi fantasma. Tengo miles de fantasmas que emergen del pasado, pero nunca alguno había suje...