Un hombre cayó de rodillas en lo alto de la colina y sus puños, cargados de dolor, golpearon la tierra frente a él de forma arrebatada y violenta. Aquella hermosa colina estaba cubierta de pasto y flores pero había algo en ella que la volvía lúgubre y tétrica. Y es que en la cima sobresalían dos tumbas, una pequeña y otra grande.
En la tumba grande estaba erigida una escultura cuyas aristas burdas e incoloras captaban perfectamente la esencia fuerte y voluntariosa de la mujer que yacía entrerraída en ese lugar. El hombre que lloraba ante las tumbas era rubio, de barba poblada y ojos color zafiro. La tristeza inundaba su alma a niveles insoportables, al grado de rechazar la vida misma. La tragedia lo había alcanzado y le había arrebatado no solo sus tierras y su título, sino también a su esposa e hija. Nada le quedaba y el anhelo por morir se podía leer en sus ojos tristes y abatidos. El hombre tomó una roca del suelo y le buscó algún borde afilado para luego, comenzar a tallar con ella unas letras griegas en la lápida y debajo de otro mensaje en bajo relieve que el escultor original haba grabado minuciosamente. El mensaje que Mislav escribió fue este:
"Aquí descansa en paz mi amada esposa Laura y mi hijo que no pudo ver la luz de sol, mi alma les acompaña en su viaje y mi cuerpo sin vida vaga por este mundo"
Luego de terminar de grabar su mensaje en la roca de mármol, el rubio se tiró al suelo y se quedó con la mirada puesta en las estrellas que brillaban hermosas en lo alto de la bóveda celeste.
— Tu padre lloró el día que le anunciaron tu muerte y continuó llorando por quince años.
Fue la voz de Nadejha la que se escuchó e hizo salir de trance a Haydee, quien estaba viviendo aquel recuerdo a través de los ojos de la sierva.
— Usted estaba ahí.
La sierva asintió.
— Así es, yo era un alma perdida en aquel entonces, pero él me salvó, me enseñó el valor de la honestidad y me enseñó que solo puede ser feliz un corazón lleno de amor.
— Un corazón lleno de amor es débil — respondió Haydee con tono frio y desensibilizado.
Entonces Nadejha sonrió gentil, como aquel que se sabe poseedor de un valioso secreto que está dispuesto a compartir.
— Un alma vacía se consumirá en el olvido — comenzó diciendo —. Pero un alma llena de amor será eterna e indestructible.
— ¿A si? Mislav y Lance murieron por amor.
Nadejha miró con ternura a la guerrera y en sus ojos se reflejó la inmensa melancolía que guardaba tras ellos. Poniéndose un poco más seria volvió a hablar.
— Lance y Mislav murieron por salvarte a ti. Athan me lo contó y aunque me duele saber que ya no están, entiendo sus motivos y no te culpo, al contrario me veo obligada a quererte también.
— No me interesa que...
Pero Haydee no pudo terminar su frase porque en aquel momento, la voz de Lance emergió de la nada y la hizo sobresaltarse de modo doloroso. La guerrera volvió la vista hacia el horizonte y entonces lo vio por fin envuelto en una nube brillante. Era una hermosa y pacifica aparición que le decía de este modo.
— Un alma llena de amor jamás podrá ser vencida.
Nadejha también habló, evidentemente sin poder escuchar a su hijo.
— Mi hijo cambió su destino por ti, pero antes de morir, dejó un mensaje, el mensaje es este: Un alma llena de amor jamás podrá ser vencida.
Lance sonrió convertido en un fantasma y volvió a hablar para hacer una extraña petición.
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El Imperio sagrado III: Los malditos
FantasyTERCER LIBRO (ULTIMO DE TRES) Antes de llegar al final del primer milenio después de Cristo, existió un imperio surgido del esplendor del oscurantismo que se proclamó defensor del cristianismo y en nombre Dios cometió todo tipo de atrocidades en co...