Cap. 17 - La playa - Había una vez un inmortal

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Los dos viajeros continuaron su travesía por el mar en el bote de vela y extrañamente, el viento los favoreció en todo momento. Era difícil saber si la magia los había ayudado, ya que los pocos magos que quedaban en el mundo practicaban algo que llamaban magia coincidencial, o magia de coincidencias. De modo que todas sus artes podían ser confundidas fácilmente con el producto de una coincidencia, como el viento favorable, la niebla que ciega, la luz que engaña y las sanaciones milagrosas. Esta era una ley para ellos y solo así podían protegerse en un mundo dominado por sacerdotes cristianos que satanizaban todas las prácticas paganas antiguas, incluida la magia.

Lance durmió casi todo el camino. Un profundo sueño lo había invadido "casualmente" y ya cerca de la costa irlandesa despertó por fin. Abrió sus ojos y enseguida se supo aún en el bote y navegando por el mar, pero rodeado por una gruesa cobija de niebla que hacía imposible ver más allá de los bordes de la embarcación. Era tan espesa la neblina que la silueta de Nivia, a un par de metros de distancia, apenas aparecía difusa y sin contorno, como si fuera un fantasma.

— ¿En dónde estamos? — preguntó Lance con voz rasposa y Nivia se precipitó vertiginosamente hacia él como si lo fuera a atacar. El mago encaró al muchacho y le pidió silencio haciendo una señal con el dedo, la cual Lance entendió al instante. Se quedó congelado en su lugar para no provocar rechinidos o golpeteos pues parecía imperativo mantener la total quietud.

De entre la niebla, apareció entonces la respuesta a todas sus dudas, viniendo desde el mar casi en total calma, llegó el sonido de los remos de otra embarcación que llevaba dirección contraria y que cerca estuvo de colisionar con los viajantes. La silueta de dicha embarcación apareció entonces apenas dibujada en la niebla y mostró sus dimensiones reales y su forma de drakkar. Era al menos cinco veces más grande que la embarcación de Nivia y mucho más aerodinámica. Era imposible distinguir detalles pero Lance pudo ver la cabeza de dragón en la punta y un mástil central con la vela recogida.

Aguantando incluso la respiración, los dos viajantes vieron como el barco vikingo pasaba de largo y finalmente se desvanecía tras la niebla brillante. Una vez que el sonido de los remos también hubo desaparecido, por fin pudieron reanudar su respiración y relajarse un poco, dando por hecho que el peligro había quedado lejos.

— Estamos cerca de la costa de Irlanda — respondió Nivia por fin — Al norte del fuerte de Dublín.

— Son tierras dominadas por vikingos.

— Así es.

— ¿Y qué hacemos aquí?

Antes de contestar, Nivia se puso en pie e izó una vela ligera de color blanco, labor que le tomó unos cuantos segundos. Luego apuntó su dedo al frente y la niebla se disipó en esa dirección, como si la hubiera manipulado con el simple movimiento de su mano. La niebla obediente, abrió entonces una ventana al mar y les reveló un hermoso día despejado, con la costa irlandesa plagada de robles a menos de una milla de distancia. Una corriente cálida invadió los miembros de Lance al sentir la cercanía de tierras hermanas. Tanto Gales como Irlanda eran para Lance un hogar y volver a pisarlas le causaba una enorme alegría. Pero tal sentimiento fue eclipsado rápidamente por el hecho de estar en un mar infestado de vikingos, los cuales mataban incluso por deporte, solo para practicar su puntería. Entonces el joven volvió a formular la pregunta anterior.

— ¿Por qué hemos venido?

— Fue idea mía — respondió por fin el mago —. Elegí el sitio más inesperado de la tierra para reunirme con Alaris. El norte de Dublín, donde está el sagrado bosque de robles.

— Pero... — quiso argumentar Lance pero Nivia se adelantó con su respuesta.

— De los hombres nos podemos defender, de los demonios no. Elegimos este sitio, aunque es peligroso, porque le temo más a "los cazadores de Almas" que a los vikingos de Dublín. Es el último lugar en donde Nimrood nos buscará ¿No lo crees? Alaris está con Garrod y Athan, así que está relativamente seguro, no te preocupes por él. Nosotros logramos pasar el cerco de Drakkars gracias a esta niebla que nos favorece, como puedes ver.

El Imperio sagrado III: Los malditosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora