Cap. 23 - Asalto a Nimrael - Primera sangre

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A la mañana siguiente, una comitiva de quince guerreros, un rey y una sierva, se adentraron en bosque de Boszen y tomaron tres balsas que estaban atadas en la orilla del río, muy cerca de las ruinas del palacio de Tholna. Aquellas balsas habían sido construidas por manos magiares y aunque no eran muy cómodas, sí eran muy fuertes y eran capaces de resistir un viaje largo por el rio. Los viajeros se subieron a las balsas y llevaron consigo sus armas y comida suficiente como para una semana. Después zarparon y tomaron la misma ruta que había sido usada algunos años atrás por Mislav y su discípulo Lance, cuando utilizaron el río Danubio para llegar hasta Moesia.

De ese modo continuaron por varios días navegando con rumbo del Ponto Euxino y cubrieron una distancia de casi ciento sesenta kilómetros por día. Una cifra alentadora ya que querían adelantarse a la llegada de los magiares a la zona ocupada por Nimrood. Para el cuarto día, los viajeros estaban ya sobre los campos de siembra y entonces pudieron ver la serie de fuertes que delimitaban la llanura de Romanía, la cual estaba habitada por Cátaros maniqueos y estaba protegida por los guerreros Assasiyin del oriente.

— Hey jefe — habló Garrod dirigiéndose a Athan —. ¿Qué haremos con las mujeres una vez que comience el ataque? ¿Les buscaremos un lugar para esconderlas?

— No — respondió el griego —. Ellas vendrán con nosotros.

— No debieron venir, la guerra no es lugar para las mujeres. Son de mala suerte.

Haydee mostró enseguida su enojo y Nadejha se mantuvo inmutable, pero de entre todos, fue la voz de Alaris quien sobresalió para defender la presencia femenina en la misión.

— Resulta ser que la guerrera Haydee es la única que puede matar al profeta según dijo Lance antes de morir. Y por Nadja no te preocupes, ella vino porque quería morir como todos los demás. Perdió a su familia y no le queda nada, así que me pidió venir y entregar su vida para cuidarme a mí y a mi hermana.

Haydee esperó a que Alaris terminara de hablar para luego dirigirse al irlandés de este modo.

— ¿Quieres conocer la bravura de esta mujer en combate?

— Ahora no tengo tiempo para enseñarte modales pero lo haré luego si es que salimos vivos de este lugar.

Athan no deseaba las disputas entre los miembros del grupo, así que intervino velozmente de este modo.

— Ya oíste al rey, Haydee es una fiera guerrera y Nadja es nuestra enfermera, cocinera, consejera, protectora y más.

— Como puedes ver, las mujeres somos todo lo que tú no — volvió a hablar Haydee y Garrod la miró fijo con la furia desbordándosele por los ojos. Pero antes de que uno de los dos hablara, Nadejha intervino para calmar la inminente guerra de insultos y agresiones.

— No lo retes Haydee, esto no funciona así. Déjame mostrarte como se hace — la sierva quitó su atención de la joven y se dirigió al jefe de guerra irlandés de este modo —. Discúlpela señor Garrod, ella no sabe todo lo que usted ha hecho y lo impresionante que ha sido su carrera militar. Tiene usted victorias impresionantes y se ha enfrentado a enemigos poderosos. Nos acogió en su casa, nos alimentó y ayudó a nuestro rey a recuperar su reino. Es una lástima que este casado por que además es usted muy atractivo.

Haydee arqueó una ceja completamente horrorizada con lo que estaba escuchando y Garrod no pudo dejar de sorprenderse con aquellas palabras. Luego de un breve silencio Nadejha volvió a hablar dirigiéndose a la joven pelirroja.

— ¿Has tomado nota? "Esa" es la manera en que logré sobrevivir a la invasión bizantina, a la invasión de los barbaros, a los magiares y a todo tipo de capataces misóginos y soldados perversos.

El Imperio sagrado III: Los malditosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora