ATADA A MI JEFE ||J&S. COMPLETA

《Capítulo 81》

IGNACIO

CAPÍTULO 81

Hace un momento me encargué del malnacido de Adrián Falcone, los hombres que contraté para la protección y seguridad de Brenda me llamaron informándome sobre el acontecimiento de mi chica y ese tipejo.

Nunca me cayó bien, y menos siendo ex de Brenda.

Sabía que me iba a seguir dando problemas, pero sobretodo a mi Brenda. Cada que tiene oportunidad se acerca a ella para molestarla.

Veamos si con la lección que mis hombres le enseñen le quedarán ganas de joderle la vida a ella.

Con fuerza aflojo el nudo de mi corbata, sentía que me estaba asfixiando con cada minuto que pasaba, moría por salir de la oficina e ir corriendo a ver a Brenda para abrazarla, besarla y brindarle de mi mayor protección.

Tengo que calmarme y concentrarme en el trabajo, hay muchos pendientes.

—¡Amigo, haz vuelto! —Eduardo entró a mi oficina sin aviso alguno, con el tono de voz elevado.

—Lo siento señor, no lo pude detener. —dice apenada Thania siguiendo a Eduardo.

—¿Me querías detener?, tranquila soy voluntario de ser tu prisionero. —mi amigo no perdió el tiempo para seguir coqueteándole a mi secretaria.

—¿Disculpe? —Thania se mostró molesta por el comentario de Eduardo así que preferí en intervenir antes de que mi amigo salga con la nariz rota.

—No se preocupe señorita Kyle, yo me encargo del engendro. —hago una señal para que se retire y ella obedece.

—No soy un engendro. —reprochó Eduardo. —Soy más un mujeriego sin remedio. —admite, y luego echa un vistazo a la puerta percatándose, seguramente, de si la señorita Kyle lo haya escuchado.

Aunque no le veo sentido ya que la mujer que estaba aquí presente se había retirado después de mi orden cerrando la puerta. 

—Andas muy distraído, Eduardo. —comenté, dándole menos importancia a su comportamiento extraño. Me relajo un poco mirando algunos papeles sobre mi escritorio y enseguida mi viejo amigo toma asiento.

—Lo siento, pero no es mi culpa de que la tengas como tu secretaria. —refutó.

—No quiero que hables sobre mi secretaria cuando me encuentro trabajando, ya te lo he dicho. —despego la vista de los papeles en mis manos por unos cortos segundos para dedicarle una mirada severa.

—Ash, caramba. —muestra irritación al rodar sus ojos. —Es inevitable para mí no hablar de ella. —prosiguió y yo sólo fingía estar atento a mi trabajo pero lo escuchaba. —Tú más que nadie sabe lo mucho que me interesa esa mujer. Ella es... tan perfecta. —veo como su mirada se encuentra perdida mientras hablaba. —Quiero hacer algo para su cumpleaños, ¿crees que esté bien si lo hago? —plantó sus manos sobre mi escritorio y lo encaré.

—Así que para eso haz venido.

—En realidad, si. —se rasca la nuca nervioso.

—¿Y tú como sabes que ella cumplirá años? —sentí curiosidad por saber qué tanto sabía Eduardo sobre Thania.

—Es fácil saber el cumpleaños de una persona. —dice confiado. Alzo una ceja expectante. —¡Ah bien!, se lo pregunté a alguien hoy, pero ya tenía en mente desde hace mucho el querer obsequiarle algo.

—Bueno... —junto mis manos entrelazando mis dedos. —Brenda me comentó que a Thania no le gustan las fiestas, pero ella siempre le hacía una reunión con los demás empleados.