ATADA A MI JEFE ||J&S. COMPLETA

EPÍLOGO

BRENDA

Cinco años después.

—¿Aceptaste volver con él?

Observo a Margo con incredulidad y con una obvia ofensa por lo dicho.

—¿Estás bromeando?, no volvería con él ni porque me den un millón de dólares. Después de lo que pasó hace cinco años tiene los cojones bien grandes de venir y pedirme que regrese con él, y que porque ya se ha divorciado.

Margo estalla en muchas carcajadas contagiándome igualmente. Hacemos muecas graciosas por lo que le contaba por medio de la videollamada, le había contado las anécdotas de la semana, ya que Kyle; con quién estuve casi un año de relación hace cinco años había vuelto a aparecer para pedirme perdón y que regresáramos.

Un día que estaba en su departamento esperándolo con una cena, no muy animada ya que ví en unas noticias a Ignacio con una mujer, aunque no decía mucho, me había puesto estúpida y esa noche otra mujer arruinó por completo mi noche.

La esposa de Kyle había regresado de un viaje, fue muy humillante ya que me habían engañado dos veces, quería reírme, quería llorar, quería desaparecer por completo. Esa mujer me contó que llevaba casada con Kyle desde hace ocho años y que siempre estaba de viaje por negocios, que ella lo amaba y que no iba a permitir que yo arruinara su matrimonio; que simplemente era la otra.

No quise ver a Kyle en ningún momento, él llegó poco después de su esposa y nos gritaba que se iba a divorciar de ella, que era insoportable, fue de verdad patético.

Mejor dicho; yo fui la patética.

—Por cierto Brenda, ¿dónde está mi pulguita bella? —menciona Margo sacándome de mis pensamientos.

Sonrío por el apodo amistoso que le puso Margo a...

—¡¡¡Maaamiii!!! —entra como un rayo en la habitación mi pequeña hija. Se sube a la cama con dificultad por su diminuto tamaño pero la tomo entre mis brazos, la siento sobre mis piernas y muevo un poco la laptop para que Margo la viera mejor. —Hola tía Margo. —mi hija toma la pantalla del portátil para acercarse más a ella pero la ayudo con el aparato.

—¡Ahí está mi pequeña pulguitaaaa! —exclamó eufórica mi amiga por ver a mi nena. —Te extrañé, ¿por qué no viniste cuando llamé a tu mamá?, ¿ya te olvidaste de tu tía Margo? —la expresión de Margo me provocó mucha gracia.

Mi pequeña hija se ríe con inocencia y junta sus manos.

—Lo siento tía Margo, estaba viendo a Masha. —se cubre la cara con sus manitos.

—Bien, te perdono porque me dijiste que lo lamentas y porque es Masha. Además, también te perdono por ser la niña más hermosa del mundo. —la castaña lanza un beso sonoro a través de la pantalla.

—Margo, ¿sabes si...

Me interrumpe el ruido de una puerta abriéndose. Margo observa hacia el frente y cierra un poco la pantalla de su laptop.

Sentí un hormigueo terrible cuando reconozco la voz de la otra persona en la oficina de mi mejor amiga.

—Hola, preciosa. —le dice Nathan.

—Mi amor, ¿qué haces aquí tan temprano? —habló un poco nerviosa, y cerraba más la computadora.

—¿Que pasa?, ¿tu no me extrañabas? —se acercó a ella, y lo noté por el traje de hombre que se veía un poco por la pantalla. —Presentía que me extrañabas y vine a verte antes.