《Capítulo 91》

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BRENDA

CAPÍTULO 91

El olor a detergente y aromatizante para pisos se me estaba haciendo desagradable, ya no podía ni siquiera oler un poco de ese químico porque todos los momentos en los que pasé en la clínica cuando Ignacio y Valentina estaban internados se venían de golpe a mi mente. Respiré tan profundo que mis fosas nasales casi sangraban por la excesiva cantidad de aire que inhalaba, una enfermera salió de un consultorio indicándonos que era nuestro turno y nos pusimos de pie mi hermana y yo.

—Estoy muy nerviosa, es como si fuera la primera vez. —dice Dani guardando sus manos en su abrigo.

La miro con una sonrisa dándole confianza.

—Tranquila. Todo estará bien. —la animo.

Ya dentro la enfermera cierra la puerta y ayuda a Daniela a quitarse la ropa para ponerle la bata azul adecuada, la acuesta en la cama y nos avisa que la ginecólogo casi llegaba.

—Podemos esperar. —le sonreímos por su amabilidad.

—Hola, hola, ¿esperaron mucho por mi?, lamento tanto la tardanza. —por la puerta aparece una mujer pelirroja con su cola de caballo desordenada, con la bata a medio poner en sus hombros y una sonrisa enérgica. —Uff, que carrera. —dice de manera bromista y nos reímos por lo bajo.

La mujer a pesar de llegar tarde y hecha un desastre transmitía una grandiosa vibra y muy elocuente.

—Hola querida Dani, ¿cómo estamos? —aplaude repentinamente y saluda. —¿Y ella es...? —me nota.

—Hola, soy Brenda la hermana mayor de Daniela. —nos damos la mano.

—Es un gusto, Brenda. Ahh... ¿Puedo tutearla? —enarca una ceja.

—Oh claro, doctora.

—Por favor no me digas doctora, mejor llámame Anaís. —musita mientras organiza los aparatos.

—Bien.

—¿Estás cómoda Dani? —la señorita Anaís le preguntaba cosas a Daniela para ver si estaba bien.

—Todo está perfecto... —respondió.

—¿Pero? —emite la doctora.

Daniela me mira de reojo y muerde sus labios, jugaba con sus dedos inquieta sobre su pancita. Acerco mi mano a la de ella y mis ojos se enternecen al verla temerosa.

—No pasa nada, Dani.

—Es que... Es que tengo miedo de saber si mi bebé está bien o no... Me preocupa... No lo he sentido mucho y eso me asusta... —confiesa mientras que sus ojos se cerraban lentamente frunciendo su ceño.

No lo sabía.

—¿Por qué no me contaste?

—No quería preocuparlos y menos preocuparme. —su pecho comenzaba a acelerarse.

—Calma, Daniela, que el bebé no se mueva tanto es normal, algunos bebés son inquietos y otros no. —detalla mientras le unta el líquido en la barriga. Daniela se estremece por el frío del líquido y asiente a lo que dice la doctora. —Pero si quieres que se mueva puedes hacer ejercicios de embarazada, cantarle, hablarle para que conozca la voz de su mamá y de su papá. Con cualquier gesto puedes hacer que el bebé se mueva, pero por favor no te sientas mal y si pasa algo que te haga sentir insegura sólo tienes que llamarme, ¿si?, no te llenes de angustia porque eso no le hace bien al bebé, recuerda que todo lo que tú sientes lo siente él. —termina de explicarnos. —Ahora veamos cómo está el nene o nena de mami.

ATADA A MI JEFE ||J&S. COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora