《Capítulo 94》

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IGNACIO

Seis meses después...

Dichosos mis ojos al ver tan espectacular imagen de una bella mujer descansando en mi cama.

Sus mejillas rosadas, sus pestañas pobladas, sus brazos doblados por debajo de su cabeza, sus labios carnosos entre abiertos para poder respirar y roncar al mismo tiempo, todo eso y muchas otras cosas más me enamoraban cada día más.

Nunca me gustó observar a una mujer dormir, sentía que invadía su privacidad en el sueño, además de que no se veían para nada favorables al dormir. Era un mito eso de que las mujeres dormían como ángeles y bellezas impecables, en absoluto, todos somos un desastre al dormir.

Hasta se podría decir que en el tiempo que estuve con Chloe siempre le daba la espalda, ella podía abrazarme o hacer lo mismo pero no la veía dormir, se sentía incómodo, quizás porque nunca hubo amor verdadero de mi parte y simplemente costumbre.

Más sin embargo, con Brenda siempre hay una línea extensa de diferencia con mis relaciones pasadas, ahora me gusta observarla dormir siempre, ver cómo arruga su nariz cuando tiene un mal sueño o está incómoda en la cama, me gusta ver cómo me busca con su mano siempre, aunque ella diga que no lo hace. Es divertido verla roncar por lo bajo cuando está muy cansada, hasta su saliva se desliza por su labio hasta quedar en la funda de la almohada por lo mismo, cuando le comento lo que hace lo niega y dice que mojo la almohada.

Es una ternura.

Tengo muchas fotografías de ella durmiendo, y de cuando está en el baño mirándose en el espejo, prácticamente tengo mi celular repleto con fotografías de Brenda, cosa que tampoco había hecho por una mujer.

Esa mujer me trae loco, la tengo tatuada en mi mente y en mi piel.

Estoy tan confundido ahora mismo que no sé qué hacer con esto que siento.

No quiero lastimarla. No lo deseo, nunca lo pedí.

Mi mente me grita que me calle, que no arruine esto que estamos viviendo por una estúpida apuesta, por ser correcto. Mientras que, por otro lado, mi corazón me pide, me suplica que confiese todo, que me abra con ella, que ella lo entenderá muy bien y que me perdonará. No será fácil, pero tampoco imposible.

—Amor... —susurran con pesadez.

Fijo mis ojos en Brenda, quién acababa de despertar. Se limpia la comisura de su labio empapado con el torso de la mano.

—Buenos días, babocita. —bromeo sonriendo ampliamente, y le limpio la mejilla.

—No me llames así. —dice, haciendo voz de niña pequeña y arrugando su frente.

Me río un poco al verla de tal manera y ella se pone de lado para abrazarme.

—¿Dormiste bien? —me pregunta, olvidando la broma de antes.

Amo que no se toma las cosas tan a pecho, y que se ríe conmigo.

—Si, ¿por qué lo preguntas?

—Es que te sentí incómodo anoche. —coloca su barbilla sobre mi pecho clavando sus orbes melosos sobre mi. —Y pensé que algo te estaba molestando, o preocupando...

—No, cariño, nada de eso. —beso su frente para disimular mi mentira. —Oye, ¿no recuerdas qué día es hoy? —dije, cambiando de tema a algo más importante.

Mi chica frunce el ceño sin entender el asunto.

—Nuestro aniversario. Lo olvidaste. —me expreso dramático.

ATADA A MI JEFE ||J&S. COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora