《Capítulo 41》

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IGNACIO

CAPÍTULO 41

Maldecia en mi interior después de escuchar que la puerta fue tocada, sobre todo cuando las voces del padre de Brenda y su amiga antipática resonaron desde afuera.

En ese preciso momento nuestros cuerpos se paralizaron por el pánico, formándose en mi sistema un disgusto por la interrupción, mi cerebro me obligó a ponerme de pie para que Brenda se sentara en el sofá abrochando los botones de su camisa, y noté por el rabillo del ojo que su ropa era aún más delicada y desechable por lo fácil que le desprendí los primeros botones de su camisa.

No pude evitar bajar la mirada por su cuello ligeramente enrojecido y brillante por algún pequeño rastro de mi saliva hasta toparme con el borde de su sostén que ella al darse cuenta de que la miraba posó su mano sobre este y se levantó.

—Iré... iré a abrir... —su rostro se volvió rojizo antes de pasar delante de mi con lentitud para abrir la puerta.

—¿En verdad prefiere que su padre me vea de esta manera? —inquirí relajando mi cuerpo sobre el sofá y coloqué mis brazos sobre el respaldar estirándolos.

—P-por favor vaya a mi habitación. —murmuró para que su padre y su amiga no la escucharan. Enarqué una ceja observando su pequeña figura insegura parada a pocos metros de donde estoy, aunque la idea de ir a su habitación llamó mi atención quería igual quedarme, sin embargo, tampoco me gustaría meterla en problemas; más de lo que ya estuvo hoy.

—De acuerdo. —miré lo que tenía entre mis piernas pero preferí ignorarlo y ponerme de pie. —¿Cree que tardará mucho? —tal parece, mi pregunta la avergonzó o incomodó ya que sus mejillas se encendieron más de lo que recuerdo haberla visto antes.

Tenerla de esa manera con la ropa echa un desastre, con el cabello revuelto y sus labios hinchados por mis besos me hacia tanto querer acabar con lo que empecé hace un rato. Volví a maldecir para mis adentros cuando tocaron de nuevo y una punzada latente se hizo presente en mi entrepierna.

—Por favor, vaya de prisa. —sacudió sus manos con nerviosismo dándome la espalda después dirigiéndose hacia la puerta.

Caminé con pasos relajados dándome el lujo de tomarme mi tiempo y así ponerla aún más nerviosa, sonreí al imaginar lo que ellos pensarán al ver a Brenda con ese aspecto. Probablemente creerán que estuvo llorando, y si me vieran tendrían alguna pequeña idea de lo que estuvimos haciendo.

Terminé por entrar a su habitación que se encontraba con la luz apagada, la encendí antes de dar otros pasos para sentarme sobre la cama. Me incomodó lo blando del colchón, era muy fácil hundirse entre sus sábanas de lo vacío que se sentía. Era inquietante el pensar cómo vivía la señorita Ortega aún teniendo un buen salario. Sin embargo, recordé que gastaba todo su dinero pagando el tratamiento de su madre y les daba una pensión a sus padres para los gastos.

Aún así, debería de tener para comprar un mejor colchón, aunque viendo como estaba su sofá es de imaginarse que ella no pretenda gastar nada en cosas cómo en muebles nuevos o en ropa decente.

Le eché un vistazo a la habitación encontrándome con sus cosas sobre una peinadora con un espejo mediano de madera peculiar y viejo, a simple vista se notaba que pudo haber sido ese mueble de su abuela y ella le estaba dando más uso de lo que debería.

Pasé mis manos por mi rostro colocando mis codos sobre mis piernas frunciendo el ceño, era inaudito ver las pertenencias de esta mujer y no querer desechar todo para darle algo mucho mejor que reliquias de la abuela.

Dirigí mis ojos hacia su armario y caminé hacia este con la curiosidad raspando en mis manos. Abrí con cuidado la puerta del armario y un poco de polvo sobre las telas fue lo primero que mis ojos detallaron, inspeccioné con la mirada sus prendas y parecía que tenía su vestuario para el trabajo a la derecha, su ropa casual en el centro y todos sus vestidos pasados de moda a la izquierda, pero uno en específico llamó mi atención, lo tomé y efectivamente era el vestido que le compré para que utilizara en la cena con mi familia.

ATADA A MI JEFE ||J&S. COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora