《Capítulo 49》

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BRENDA

CAPÍTULO 49

Luego de lo ocurrido, Margo se marchó a trabajar y a Chloe la atendieron en la clínica. El Señor Valente se encargó de llamar a Sarah para que viniera y se hiciera cargo de su hermana, la cual estaba decidida en demandar a Margo por agresión. Sarah al llegar me pidió disculpas por el acto tan impulsivo y violento que cometió su hermana gemela en mi contra, además de que se haría cargo de hablar con Chloe para que no levantara cargos en contra de Margo.

Esa dulce pelirroja se había portado tan amable y comprensiva, también me ofreció su apoyo con la situación de mi madre. Ella había asistido sola a la clínica ya que su prometido estaba sumamente ocupado con sus negocios pero me informó que el Señor Ferrer también me apoyaba.

Ahora mismo estábamos de camino a mi casa, mantenía mi cabeza apoyada contra el cristal de la ventana del auto por el cansancio, mis párpados se estaban sintiendo pesados al igual que mi cuerpo, el sueño estaba apareciendo y no sentía nada de hambre, aún después de no haber probado ningún bocado.

—¿Te sientes cansada?

—Un poco... —froté con lentitud mi rostro.

—Ya casi llegamos a tu casa. —me informó, y estiró su mano para tomar mis hombros y dejar que mi cuerpo descansara al lado del de él. —Cuando lleguemos a tu casa te prepararé algo de comer, así te irás a la cama con el estómago lleno.

—¿Piensa cuidarme...? —murmuré entre dormida y despierta.

—Tal vez. —lo escuché reírse.

Estiré mis labios formando una sonrisa con los ojos cerrados, sentí como su mano acariciaba mi brazo y puse total atención a su respiración, creo que se estaba volviendo una rara manía el escuchar su tan calmada respiración para quedarme dormida.

—Hemos llegado. —el señor Valente me llamó y bajamos del auto, me despedí de Clet agradeciéndole y subimos a mi departamento.

Busqué mis llaves y los dos entramos. Mi jefe fue quien cerró la puerta, e hizo que me sentara en mi sillón. Al ver mi sofá recordé todo... eran como pequeños flashback que venían de mi memoria. Había perdido el control en varias ocasiones cuando estaba a solas con el señor Valente, era algo tan inevitable y ardiente que pasaba siempre.

—¿Desea algo en especial? —escuché a mis espaldas, cosa que me sacó abruptamente de mis pensamientos.

—N-no... No tengo hambre. —musité, relajando mi cuerpo sobre el sofá.

—¿Segura? —caminó hasta donde me encontraba para después agacharse a mi altura. —¿Se siente mal? —tocó mi frente con su mano, pero negué riendo un poco. —¿Qué?, ¿ahora qué?, ¿hice algo malo? —frunció levemente su entrecejo simulando una sonrisa.

—No, no, para nada... Es sólo que... —lo miro directamente a los ojos. Los cuales se habían convertido totalmente en azules intensos, brillantes y emocionales. —Se está portando tan bien conmigo... —susurré con las mejillas coloradas, bajando la mirada y mi rostro.

—Así que es eso. —articuló levantándose y sentándose a mi lado, me hizo observarlo tomando mi mejilla para girar mi rostro hacia él. —Estoy intentando hacer esto lo menos posible horroroso, estresante e intenso.

—Las dos últimas cosas son las más sobresalientes desde los últimos días, creo...

—¿Lo dices por los problemas?

—Además de eso por... —guardé silencio al refugiarme en sus intensos orbes marinos. Elevé mi mano despacio para que ascendiera detrás de su cuello, entreabrí mis labios con temor y ansiedad, pero acercamos nuestros rostros, uno al otro para después entrelazar nuestros labios fríos que poco a poco cambiaron de temperatura a una más cálida. —Por usted. —dije finalmente.

ATADA A MI JEFE ||J&S. COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora