《Capítulo 53》

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BRENDA

CAPÍTULO 53

Las cosas entre el Señor Nathan y yo habían quedado un poco inconclusas y eso dejaba perturbada mi consciencia.

Me gustaba creer que había hecho bien al preguntarle al presidente sobre el tipo de relación que llevaba con Margo. Sin embargo, por las respuestas de él ante mi insistencia creo que sí hay algo, aunque sea lo más mínimo de atracción por parte de él, ¿cómo lo sé?, lo vi en sus ojos, lo percibí en el momento en que esos dos cruzaron miradas por primera vez, por la reacción de Margo tan sospechosa cuando le hablé sorpresivamente, no obstante, debo de evitar presionarla ha hablar si quiero saber algo.

Un leve temblor recorrió mi cuerpo por completo, dándome la sensación de querer algo en este momento, y por un milisegundos el rostro del señor Valente se manifestó en mi mente resaltando su sonrisa, una sonrisa que últimamente me mostraba.

Estaba fuera de su oficina, dejando mis cosas en orden antes de la salida, y Thania no se encontraba en este momento, la mente puede tentar al cuerpo de una manera tan intensa que mis piernas se apretaron y me puse de pie con la intención de entrar a la oficina de mi jefe.

—Señorita Ortega... —una voz femenina muy aguda hizo que mi mente funcionara correctamente.

—¿Sí?, ¿necesitas algo? —musité tranquilamente observando que no era una sola chica quien había venido, sino que la acompañaba otras dos. —¿Necesitan algo chicas?

—S-si... —la más bajita, que fue precisamente quien me había llamado miró de refilón a las otras dos con nerviosismo en sus ojos.

Una de las chicas si la distinguía, era una rubia muy linda, educada y trabajaba en la recepción. La otra era una pelirroja curvilinea con sus ojos negros, cachetona pero era una mujer que llamaba mucho la atención, creo que la había visto un par de veces en el ascensor aunque no sé bien qué puesto ocupa en la empresa.

—Nosotras veníamos a... a hablar con usted... —prosiguió hablando la bajita.

—¿Y... con relación a qué, si se puede saber? —si venían a sacarme en cara el tema de mi falsa relación con el señor Valente, de verdad que las dejaría hablando solas, ya sea una falta de respeto pero no pienso soportar los insultos de los demás.

—Con...

—Nosotras también fuimos víctimas del desgraciado de Sebastián Hamilton. —declaró, con voz firme la pelirroja. —Y queremos declarar en su contra, con su ayuda... claro...

—No puede ser... —las detallé a las tres con tristeza y rabia contra ese tipo. —Había escuchado de que ese hombre tenía más víctimas, chicas a las cuales había estado acosando pero... no creí que...

—No somos las únicas. Realmente hay otras cinco chicas que quieren declarar pero tienen miedo de que sus parejas o familiares se vean involucrados con todo esto... —quién tomó la palabra para hablar fue la rubia.

—Las comprendo perfectamente.

—¿Usted nos podría ayudar con la discreción?, de verdad no deseamos hacer más escándalos pero queremos refundir en la cárcel a ese desgraciado.

—¿Por qué no hablaron antes? —interrogué pensando en qué esto venía de mucho tiempo atrás.

—Conmigo empezó cuando empecé a trabajar aquí, llevo un año y medio... cada vez que iba a recoger mi cheque con ese hombre las cosas se ponían asquerosas. —la rubia hace una mueca de desagrado.

—¿Por qué no dijiste nada? —volví a insistir.

—La tenía amenazada. —declaró la chica baja después de ver que la rubia no quería dar sus motivos.

ATADA A MI JEFE ||J&S. COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora