23

627 99 4
                                    


JUNGKOOK


—¡Hyung creo que me enamoré! —suelto al cerrar la puerta tras de mí, Taehyung que se encuentra en el sofá voltea a verme.

—¿Ah?

—¡Es hermoso, un ángel ardiente!

—¿Dónde?

—Se fue.

—Jungkook, ¿estás borracho?

—Estoy cien por ciento lucido.

—¿Un ángel? ¡Te drogaste! —acusa y yo ruedo mis ojos.

—No. Es completamente cierto, conocí a un ángel.

—¿Cómo se llama tu ángel, Jungkook-ah? —interroga con su típico tono burlón, me encamino al sofá y me lanzo a su lado soltando un suspiro.

—Yoongi.




—Jungkook te ves como la mierda —comenta Taehyung viéndome preocupado.

—Y me siento como la mierda —admito y Kim se ríe—. Hyung sé útil y tráeme algo para taparme. Hace un frío que me hiela hasta los huesos, ¿está el aire acondicionado encendido? —observo a mi amigo congelado en su lugar y el jodido frío no me abandona—. Taehyung, dulzura, muévete.

Kim parpadea y en un movimiento rápido él posiciona su mano en mi frente, lo miro con confusión y el idiota palidece. ¿Hay acaso una araña?

—¡Estás ardiendo en fiebre! ¡Demonios, Jungkook, llamaré a un doctor, quizás una ambulancia, joder no sé qué hacer! ¡No tenemos nada! ¡Ni siquiera un puto supositorio!

—Siempre deteste esa mierda, cuando era niño me sentía violado —musito y fijo la mirada en mi amigo que camina de un lado a otro, Taehyung hace eso cuando no sabe qué hacer. Ha de tener un debate interno—. Puedo con esto. Tranquilo, hyung, ve con tu madre. Ella debe estar esperándote —murmuro y él me mira indeciso, entrecierro mis ojos en su dirección—. Lo digo en serio.

—¿No pillare un cadáver al volver? —intenta bromear, pero la seriedad de su rostro no demuestra humor en lo absoluto.

—Nadie ha muerto por una fiebre, beberé agua, me daré una ducha de agua fría y pasará. Ahora, largo.

—Siento que me estás echando de mi propio hogar —señala y río por lo bajo. Mis ojos se sienten pesados, pero aun así no me permito cerrarlos—. Tienes una mala suerte nada envidiable, Jungkook-ah.

—Largo —espeto y él ríe—. Envíale saludos a tu madre.

—Lo haré. ¿Estás seguro? Porque en serio pareces una hoja de papel por lo pálido que estás y ahora tienes las mejillas sonrojadas y estás temblando. ¡Es la fiebre!

—Lárgate. No la hagas esperar.



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Rivales ➳KOOKGIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora