La cena estaba siendo un éxito y Hoseok estaba feliz de ver a todos interactuando entre risas y anécdotas. Taehyung que yacía a su lado sabía que su novio anhelaba una cena navideña donde reinara las risas y el ambiente cálido navideño. Su pequeño novio lo había logrado.
—¿Salió como lo esperabas? —pregunta Kim en un susurro. Obviamente Taehyung conocía la respuesta, pero necesitaba la confirmación y la sonrisa resplandeciente de su novio se lo confirma.
—Salió mejor de lo que esperaba. Gracias, Taehyungie —musita Hoseok.
Taehyung besa la mano de su novio y regresa su atención a la conversación.
—No existe artista que no se haya caído en el escenario al menos una vez —sentencia Dongmin dándole un sorbo a su copa de vino.
—Tienes razón —asiente Namjoon—. La técnica es seguir como si nada pasara.
—El show continua no importa que te duela como la mierda —se une Taehyun—. Pero algo que sin duda es peor son los calambres. Lo digo por experiencia propia.
—Y yo lo confirmo —dice Hoseok—. Tuve un calambre en el muslo que me hizo llorar de dolor...
—Admito que nunca me caí —dice Jin—, pero si se me cayó el micrófono.
—Por dos —ríe Beomgyu.
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Medianoche.
Luego de los abrazos y deseos de navidad vino el intercambio de regalos que obviamente fue guiado por Beomgyu, el chico de las transferencias bancarias. Entre risas los chicos entregaban sus regalos y dentro de todo predominaron; calcetines, chaquetas, pijamas, audífonos, baquetas, guitarras, entre otras muchas cosas.
Y riendo Yoongi se levanta dirigiéndose a la cocina y ahí nota que la puerta del patio está abierta y curioso se acerca a ver. Para su sorpresa se encuentra a Hoseok. ¿No se supone que ese hyung había ido al baño?
