—Llegaste temprano —dice Namjoon hyung y yo asiento.
—Nos estamos preparando para el KCON —explico—. Madrugamos.
—Me imagino. ¿Viste a Seokjin?
—No, pero por lo que supe también está ensayando.
—¿Te ocurre algo?
—No, bueno sí, pero no es importante hyung.
—Okey, cualquier cosa que necesites sabes que puedes decirme lo que sea.
—Lo sé, hyung. Gracias.
Hyung no dice nada más y me deja entrar a la cabina para seguir grabando mis partes y es ahí donde puedo olvidarme de mis terribles decisiones. La música es mi escapatoria.
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Me despido de Namjoon hyung y Jin, quien se despide sin quitar la mirada de las hojas en sus manos. Ahora es turno de él y yo debo regresar a la empresa. Hay mucho por hacer y el tiempo es oro.
En el camino me encuentro con mi guardaespaldas. Le hago una seña y se despide del guardaespaldas de Jin. Quien asiente en mi dirección y se mantiene quieto en su lugar esperando por Kim.
—¿Todo bien? —pregunta Sunho, mi guardaespaldas.
—Más que bien.
—¿Entonces a dónde vamos?
—A la empresa, tenemos que seguir trabajando.
—Querrás decir tú, porque mi única misión es cuidar de tu espacio personal y de los obsesivos.
—Si yo —hyung se ríe.
—Has estado muy serio, Jeon.
—No todo es diversión, hyung. Quizá deba ser más serio respecto a mi vida.
—Un giro inesperado.
Y ninguno de los dos dice nada más. Estoy cansado.
Jaehyunie
¿Cómo te fue?
Jungkook
Todo salió bien.
Mis respuestas cortas y cortantes son el pan de cada día e inevitablemente bajo a ver otro chat que se ha mantenido igual durante semanas. Ese fue mi primer error.
