ғᴏʀᴛʏ-ᴏɴᴇ

834 137 33
                                    

Un fuerte estruendo sacudió todo el castillo, gritos se escucharon por todos lados, Enji no sabía exactamente de dónde venía el peligro.

Una fuerte presencia mágica hizo que Endeavor tomara su espalda y se dirigiera a la sala del trono, fuera lo que fuera lo que estaba en su castillo iba a llegar ahí, solo debía esperar.

Los gritos seguían acercándose junto con esa presencia asesina, su espalda sudaba, sentía tanta presión que incluso se estaba tentando en ir a buscarle pero no debía, debía quedarse ahí esperando que sus caballeros hicieran su trabajo, era un rey, no podía simplemente pelear cada pelea que se le presentara, vivía por su pueblo, no solo vivía por él.

Plantó la espada entre sus piernas y esperó sentado hasta que puerta de su salón se abrió de golpe.

Todo cobró sentido de inmediato.

Un escalofrío aún más marcado recorrió su espalda, la respiración se le cortó y justo ahí se puso pálido, creía que jamás volvería a verla, pero ahí estaba, caminando con tanta firmeza que sus guardias corrían despavoridos. 

Bueno, también influía el dragón que se quedó esperando en la puerta.

Mitsuki avanzó haciendo sonar sus pasos, su pesada armadura retumbaba en el vacío salón en cada movimiento, su capa fluía en el viento dándole un aspecto aún más grande a pesar de no ser realmente alta.

Enji no sabía qué hacer, no al verla llegar con su arma desenvainada.

Se supone que ninguno de su clase podría entrar ahí, pero ahí estaba ella rompiendo como siempre lo que los dioses habían dictado.

La esperó solo porque no sabía qué hacer, por su mente pasaron tantas cosas que ninguna le dejó procesar lo que sus ojos estaban viendo, porque era imposible de entenderlo.

Mitsuki a cada metro que avanzaba iba despojándose de una parte de su armadura por lo pesada que la sentía, el salón si hacía efecto en ella, tanto efecto que ya apenas respiraba, pero necesitaba llegar a él, necesitaba cortarle con sus propias manos el cuello a ese bastardo por dejar al maldito niño vivo, por ser tan débil contra él.

¡Por matar a su hijo!

Pero no pudo, justo a los pies de Enji, Mitsuki cayó de rodillas pues aún sostenía su espada para impedirse caer directo al suelo.

ー¡Amor! ー

Gritó Masaru cambiando de forma dispuesto a entrar, pero antes de poder siquiera dar un paso dentro Mitsuki gritó.

ー¡NO TE ATREVAS! ー

Masaru se detuvo en su lugar y volvió a su forma draconica, Mitsuki tenía razón, apenas cambió a su forma humana le fue imposible respirar.

ーMitsu- ー

ーNo te atrevas a pronunciar mi nombre, bastardo ー

Gruñó Mitsuki al alzar la cabeza para mirar con todo el odio que su alma poseía al rey de todos esos reinos, ese mismo que sentía que en cualquier momento su cuello sería cortado.

Lo peor es que sabía que si atacaba a Mitsuki en ese momento seguramente podría matarla, pero ella le imponía tanto respeto y tanto miedo que siguió congelado en su lugar.

Indefenso contra el odio de todo lo que significaba la humanidad.

ー¿Por qué estás aquí? ー

Se atrevió a preguntar Enji.

ーPorque esa maldita cosa hizo que Katsuki muriera, ¡Katsuki está muerto por tu culpa! ー

Por fin Mitsuki sacó toda la rabia que poseía haciendo explotar todo su alredor, por suerte Enji relacionó a tiempo cubriéndose de fuego.

¿Cómo era eso?

¿Cómo era que Katsuki estaba muerto?

¿Y Shōto?

Acendrado 「BakuTodo」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora