ғᴏʀᴛʏ-ɴɪɴᴇ

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Kirishima esperaba ansioso en la cima de la pirámide.

Desde que dejó escapar al príncipe, o lo que fuera que parecía el príncipe se sentía mal, inútil, y débil.

Sabe que el único motivo por el cuál sobrevivió fue porque Bakugō lo protegió desde su estado, al estar en el agua de vida nada podía afectarlo de forma externa más que la contaminación, y al estar unidos no podía morir si Bakugō no moría.

Solo por eso sabía que despertaría.

Y porque sabía que despertaría es que tenía tanto miedo.

Desde que conoció a Bakugō no había algo que pudiera enojarlo más que las cosas relacionadas a ese príncipe, por primera vez en su vida sintió miedo cuando desde una cornisa del castillo lo estaba observando cuando intentó ingresar a la habitación del príncipe para matarlo en venganza de que el Rey le había dado una paliza.

Ni siquiera pensó en esconderse, sabía que debía ir a su lado, sabía que su vida había sido perdonada solo porque sintió la conexión entre ellos, y esa misma conexión lo mantenía vivo ahora, porque está seguro que si sabía que lo dejó ir después de cortarle con sus garras la piel para detenerlo lo castigaría bien feo.

No quiere colgar de nuevo de cabeza sobre un pozo de olor.

Vio una cabellera roja aparecer por el borde de la escalera y todos sus sentidos se centraron en ellos, quiso mantenerse como humano pero los nervios le ganaron y se terminó transformando.

Bakugō apareció poco después frente a él junto a los reyes, esos mismos que no parecían tan feliz de que se fuera.

Y él sintió que frente a él no estaba su jinete, incluso se atrevió a acercar su cabeza para oler mejor siendo tocado gentilmente por Bakugō entre las fosas de su nariz.

ー¿Qué? ¿Ahora me quieres comer, Kirishima? ー

Bakugō sonrió un poco y Kirishima supo que estaba todo mal, en él no había esa desesperación que siempre estaba, no sentía el olor a tristeza, no sentía el olor a odio, no sentía absolutamente nada más que el gentil Bakugō que de vez en cuando se mostraba ante ellos.

Y por eso, sabía bien que había perdido todo lo que había vivido junto a ellos.

Kirishima cerró sus ojos y se dejó acariciar sin mostrarle cómo su corazón se rompía, ya no había nada entre ellos, la conexión que tenía Bakugō con ese príncipe no existía, porque ahora Bakugō no olía para nada a una persona herida que buscaba perdonarse a sí mismo por algo que había hecho.

Aunque nunca supo qué había hecho.

Volvió a abrir los ojos calmados, no sabía qué podía hacer, pero entrar en pánico no era una opción, tenía que mantenerse sereno y seguir las órdenes de ese nuevo compañero que tenía frente a él, además, estaba ese Rey apestoso que le ganó en el pasado.

Kirishima bajó su torso, sabía que no era necesario para que subieran, pero quiso hacerlo, necesitó hacerlo, porque sentía que su estómago quería escapar por su boca y necesitaba contenerlo, necesitaba ser el fiel sirviente que le ayudaba en todo lo que podía, en todo lo que necesitaba, incluso en lo que no sabía que necesitaba. Y como si sirviente, y compañero, sabía que debía llevarlo dónde eso había comenzado, dónde los había encontrado y dónde fue rescatado.

El vuelo fue inesperadamente callado, había algo en el aire que los hacía sentir incómodo, incluso Bakugō, quien había comenzado a sonreír más ya no lo estaba haciendo.

ー¿Aún puedes respirar el aire de aquí? ー

Preguntó de pronto Endeavor haciendo que Kirishima se diera cuenta. Ahora Bakugō era puro, ahora ya no tenían motivos para vivir ahí, ¡Podían volver donde pertenecían!

Pero, ¿Por qué se sentía tan triste por eso?

ー¿Por qué no podría? ー

Bufó Bakugō de respuesta, casi con sátira. Por algún motivo esa actitud había traído una calma inexplicable a sus acompañantes, calma que se interrumpió por una campana que no dejaba de sonar.

A lo lejos, Endeavor observó con horror como el humo había cubierto todo lo que era su reino, su collar quemaba al igual que la fusta de su espada. Todo le indicó un mal presagio, todo le gritó que que no siguiera avanzando, pero debía hacerlo, aunque eso le llevara a su muerte.

Y más porque su verdugo era aquel chico a su lado que no cambió para nada su expresión serena, casi emocionada de llegar.

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⏰ Última actualización: Aug 06 ⏰

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