La mañana llegó antes de que lo esperaran, el movimiento de las calles era la música de fondo tan diferente a lo usual que acostumbraban, por un segundo Todoroki olvidó el peligro que todos los últimos días había sufrido, olvidó toda su situación por completo desde su secuestro hasta descubrir que en realidad estaba siendo protegido, olvidó todo y sólo se concentró en respirar pausado, en no moverse de más, en no abrir sus ojos para poder alargar el sentimiento de protección que le daban esos fuertes brazos que le rodeaban sin prisa ni presión, por una vez había dejado de negar los pensamientos que hace mucho le rodeaban la cabeza, se había detenido a pensar en lo que había pasado desde su nacimiento, el cambio en su familia, el odio de las personas hacía él y el sobreproteger de su padre que lo aislaba de todo, entendió que por su culpa su alrededor sufría, creyó siempre que su padre lo protegía de los demás, quizás el problema era él desde el comienzo, Layza asesinó por su culpa, Kirishima también, y Bakugō... Bakugō parecía tan dolido cuando despertó ese día a un lado del lago mientras le cuidaba el sueño, lo sabe, es consciente, se hace el desentendido pero sabe que Bakugō cada día lo protege y mata a esos demonios cambia formas, más que seguro que no dormía nada y ahora que podía dormir lo aprovechaba tanto como podía, quizás le compró la espada para poder dormir un poco sí podía defenderse ligeramente, sabía bien que su vida dependía por completo de la de Bakugō en ese momento pero a pesar que debía sentirse quizás culpable, ese sentimiento no estaba dentro de él, no podía estarlo porque en realidad no existía, el tranquilo latido del corazón ajeno justo contra su mejilla no le permitía sentir sentimientos tan oscuros como ese, la calidez y la protección le traían tanta paz que simplemente ese sentimiento ya no existía dentro de él, por una vez se sentía limpio, por una vez sentía que en su rostro no había nada que lo mancillara, no había nada en él que fuera sucio ni pecaminoso como siempre pensó, ahora no era un príncipe que destruyó su familia, ahora era un simple chico que compartía la mañana con otro chico... No, Bakugō era un hombre, un guerrero, un líder, alguien que las personas querían a pesar de su personalidad y de la misma forma temían, ese chico podía defender lo que quería, las personas podían confiarle su vida porque sabían bien que las usaría con sabiduría y gran liderazgo, en cambio... ¿Cuándo fue la última vez que alguien confió en él? ¿Cuándo tuvo la fuerza suficiente para sacar su voz y decir lo que quería y no aceptar lo que su padre le decía?
La cicatriz en medio del estomago de Bakugō le dijo cuando, recordó que desde que había sido llevado de su hogar palabras sin ley comenzaron a salir de su boca, sus propias decisiones con sus propias consecuencias, las que muchas fueron malas pero unas cuantas buenas, y sinceramente esas poquitas buenas le eran más que suficiente para sentirse realizado: consiguió una pequeña y muy buena amiga, ha conocido mucho más mundo del que le hubiera sido posible en una vida entera, conoció a un dragón, a una bruja linda y amable, descubrió la magia y lo más importante, le salvó la vida a Bakugō.
Una caricia en su cabello lo dejó sin aliento, el sonido de las personas pasó a segundo lugar, el de las aves a tercero y quién sabe cuál era el otro sonido que pasó a cuarto, todo su cuerpo se concentró en sentir como los dedos ásperos se paseaban por su cabello con sumo cuidado, se sentía incluso más suave que cuando le peinaban el cabello las sirvientas, incluso más suave que cuando su hermana mayor le daba caricias para hacerlo dormir cuando era pequeño, ¿Cómo ese sujeto podía ser tan fuerte y a la vez tan amable cuando nadie le estaba mirando?, no entendía porqué ocultaba tanto aquella faceta, y sí, sabe bien que la posee, sabe bien que ese cavernícola lo cuida desde el primer día, sabe que le ofrecía su capa para que la noche no fuera dura, sabe que mantenía el fuego toda la noche para protegerlo, sabe bien que le obligó a comer para que no se sintiera débil, sabe bien que siempre tenía agua fresca a mano para darle y hasta forzarle a tomar, sabe que le cumple caprichos como el baño o le busca nueva comida cuando algo no es de su agrado, sabe bien que todas las noches le calma cuando tiene pesadillas porque son tan fuertes que despierta por ellas pero allí está Bakugō, sujetando su mano con fuerza y hablando en voz calma en un dialecto que no entiende logrando calmarlo, sabe bien que ese chico no tiene ni una sola responsabilidad con él pero aún así se mantiene a su lado, incluso si le debe un gran favor a su padre eso es demasiado.
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Acendrado 「BakuTodo」
FanfictionEn el último lugar donde lo esperas podrás encontrar tu futuro.