Acendrado 「BakuTodo」

ᴏɴᴇ

Más allá del horizonte, más allá donde la mirada alcanzaba a ver, allá donde el cielo se comía a la tierra, más allá donde las sirenas nadaban libre en los ríos, más allá de donde los dragones surcaban los cielos, más allá donde los demonios se comían a los viajeros en los bosques rojos teñidos de su sangre, más allá de donde la oscuridad se comía todo existía un lugar donde a pesar de las penumbras existía esperanza.

En medio de un terreno sagrado donde miles de personas crearon su cimiento con su sangre y carne ahora existían cinco reinos que vivían en armonía, los reyes, que descendían en un comienzo de hermanos ahora sólo eran extraños con un extraño lazo que les seguía uniendo.

Al norte, una tierra cruda, difícil de vivir pero hermosamente rica en joyas, al sur, un lugar donde los ríos hacían el terreno fértil, útil, abundante.

El este y oeste eran tierras neutras, con temporadas marcadas entre otoño y primavera, las frutas eran su mayor exponente como los licores.

Pero el centro, el centro era el lugar más privilegiado de todos, poseía las cuatros estaciones, rico en piedras preciosas, ríos que ayudaban a las tierras, animales por doquier, un amplio campo, y lo mejor, siendo el punto medio ayudaba a que todo el comercio pasara por su tierra.

Pero eso solo funciona cuando son tiempos de paz, tiempos que ahora parecían un espejismo.

Los demonios estaban avanzando, los pueblos de las orillas perdían cada días a más personas, cada día menos humanos sobrevivían en ese mundo cruel que se llenaba de impurezas, cada día era mas difícil sostener la vida, para todos menos para el reino central.

Todoroki Enji, un hombre firme, recto y sin debilidades, ese hombre era el rey del reino del centro, un hombre que cuidaba de los suyos pero ignoraba a quienes no lo eran, apenas los reinos quisieron entrar al suyo la guerra fue declarada, el demonio en persona le describían, un rey sin miedo de empuñar su espada contra cualquiera que amenazara a su reino, humano, demonio, bestia, dios, lo que fuera se enfrentaba a él sin temor alguno, sin miedo a las represalias.

Pero ellas siempre llegan, ellas siempre se arrastran desde lo más profundo del infierno para volver por ti y llevarte con ellos, más aún si están cargadas del dolor de miles de personas que pierden su hogar, que pierden a su familia, que pierden su vida.

Y esas justo ahora estaban en busca de lo que más Enji quería, su hijo menor, Todoroki Shōto estaba destinado a morir en manos de esas personas que habían muerto en las manos de su padre.