ᴛʜɪʀᴛʏ-ɴɪɴᴇ

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Aunque la reina parecía detestarlo el rey parecía estar de su lado, le había permitido bañarse y comer, aunque estaba siendo vigilado no se sentía como algo desconocido, de una u otra forma le recordaba a Bakugō y los momentos a sola que habían tenido.

ーShōto-kunー

Shōto alzó la cabeza para observar detrás de su cuerpo, estaba obligado a permanecer en algunos lugares dónde no todos podían verlo, la mayor parte del tiempo se mantenía sentado o acostado para intentar parecer lo menos peligroso para ese pueblo. Si la madre de Bakugō tenía la razón en lo que decía, el pueblo entero lo veía como una amenaza, necesitaba mantenerse sumiso para demostrarles que no lo era para nada.

Y ahí estaba de nuevo, con un cuenco de frutas y su mirada cálida, decidió responder la sonrisa que tenía en sus labios.

ー¿Podemos hablar? ー

ーPor supuesto ー

Masaru sonrió ante su respuesta caminando hasta quedar frente a él. Le sorprendió que no usará un cojín para sentarse, supone que es la costumbre de ser un dragón.

ーNo pude ver crecer a mi hijo, así que, ¿Podrías contarme sobre él? ー

Shōto alzó las cejas en sorpresa antes de relajar su expresión, ¿Qué podía contarle? Había descubierto que mucho de lo que creía era mentira.

ーNo puedo contarle mucho ya que no lo recuerdo, pero si puedo contarle lo que he pasado junto a Bakugō en estos últimos tiempos ー

ーYa veo, con eso me basta ー

Todoroki empezó a hablar de su secuestro, del miedo que pasó y de lo cavernícola que era Bakugō. Le contó sobre Layza sorprendiendo a Masaru en el comienzo al saber del poder de la niña, pero de la misma forma se notó lo orgulloso que estaba al saber que los estaba protegiendo.

Decidió contarle de su miedo al agua y como Bakugō le ayudaba cada vez que su pánico se mostraba, le contó de lo pésimo cocinero que era al comienzo y que ahora se aseguraba poder cocinarle alimentos que pudiera degustar, le contó cómo tenía pesadillas y Bakugō estaba ahí calmandolo en las noches a costa de su propio sueño, le contó cómo Bakugō le salvó de demonios cambia forma arriesgando su vida, le contó de Uraraka, le contó de su padre y de lo que él le había dicho, le contó cada inseguridad que poseía dentro y el pésame que sentía de ahora estar viviendo con la carga tan pesada que eso significaba en la vida de Bakugō.

Por una vez puso en palabras la cantidad de desprecio que tenía contra su propia vida.

Y Masaru escuchó cada palabra con un silencio que ni el bosque se atrevía a interrumpir.

ーGracias por contarme ー

Por fin Masaru interrumpió el silencio mientras estiraba su mano hasta Shōto, solo fue algo mínimo, solo fue algo que era natural para Masaru, pero para Shōto ese pequeño toque en su mano logró romper la faceta dura que estaba mostrando.

Por fin dejó ir las lágrimas que su corazón tanto había guardado.

ーEstoy asustado ーaceptó ーestoy tan asustado de cumplir quince años y ser algo tan despreciable que Bakugō esté obligado a matarme, estoy tan asustado de creer que cada sentimiento que tuve en estos tiempo sea una mentira que mi ser acomodó para manipularlo y sobrevivir a todo esto, tengo miedo de que mis recuerdos sean solo un espejismo que creó mi madre en mi cabeza como dijo Kirishima, ¿Qué puedo hacer señor? Ni siquiera recuerdo como luce mi madre, no recuerdo a mis hermanos, solo puedo recordar los colmillos de ese lobo blanco frente a mis ojos, y me duele tanto, me duele tanto saber que posiblemente ni siquiera soy yo y Bakugō tenga que seguir atrapado en un lugar dónde no quiere estar por mi culpa ー

Masaru sonrió sin mostrar sus dientes, había algo en él que le recordaba mucho a Bakugō, algo que le hacía querer sentir una paz que sabía que no tenía en ese momento.

Dejó de llorar porque algo dentro de su pecho estaba siendo calentado. Se sentía tan cómodo, tan familiar que incluso se permitió sonreír.

ーPonte de pie y sígueme en silencio ー

Aunque fue una orden para Shōto no se sintió así, había algo en Masaru que le hacía confiar incluso con su alma, había algo de él que le llamaba igual a lo que le llamaba de Bakugō.

Casi era mágico.

Masaru caminó hasta la puerta dónde un par de guardias siempre estaba ahí para impedir su salida, justo como ahora con un par de dagas en su cuello.

Miró a Masaru sin saber qué hacer, no podía seguir avanzando.

ーÉl viene conmigo, y si alguien dice algo me lo comoー

Pudo ver el mismo temor en los ojos de esos hombres que cuando Bakugō se enfrentaba a hordas derrotandolas como el demonio con piel humana que era.

Entendió de pronto que la peligrosidad no venía de su madre.

Caminaron unos veinte minutos en un silencio que solo interrumpían los animales del bosque, el camino estaba cubierto de piedras y en su alrededor unos árboles le daban techo como un túnel, no podría decir que eso era natural o artificial.

Pronto llegaron a una cueva, el sonido de gotas creaba una sinfonía que le hacía sentir paz, incluso pensó en cerrar los ojos y dejarse llevar pero la mano de Masaru en su muñeca lo trajo de vuelta para seguir caminando.

Al final del camino podía ver una luminisciencia extraña, era algo verdosa pero más azul que nada, le recordaba a los cuentos de hadas.

Casi se cae de rodillas al verlo.

En medio de una especie de lago no tan profundo estaba flotando Bakugō sin ni una pizca de ropa, ahí estaba con su forma humana y piel pálida, su cuerpo seguía cubierto de heridas pero estas brillaban aún más que la propia agua.

Sintió una necesidad inmensa en ingresar al agua y abrazarlo, se veía tan desprotegido en la posición fetal que se encontraba.

ーEste es el único lugar de todo el páramo que no posee contaminación, aquí nacimos y morimos, solo podemos esperar a la voluntad de Katsuki para saber qué sucederá con él ー

Shōto entendió de inmediato porqué le mostró eso y con eso se juró a no abandonarlo jamás, ni siquiera si eso significa el final de su vida.

Acendrado 「BakuTodo」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora