Los demonios y asesinos habían estado rondando muy seguido la cabaña, aún no estaban lo suficientemente cerca para ser un peligro pero si lo suficientemente cerca para considerarlos como tal. Debían estar allí hasta que Kirishima fuera a ellos a avisarle que podían moverse de allí, pero el principito había sido un dolor en el culo desde que Enji le había pedido que lo protegiera de los asesinos que buscaban su vida, y fue peor cuando lo rescató de su castillo, ¡Si hasta se había golpeado la cabeza el muy tonto y había tenido que cargar con peso muerto por medio castillo! Por suerte logró huir antes de tener que matar a alguien más que los asesinos.
Había tenido que dejar su pequeño pueblo para alejarlo del peligro, había un poco de preocupación en él porque a pesar que la gran mayoría era fuerte habían aún niños y adultos que se estaban recuperando del abuso que habían recibido, pero aunque lo sabía y quería quedarse también sabía que debía proteger a ese niño malcriado e irse de allí.
Lo bueno es que los asesinos eran fácil de matar y lo tenían entretenido en las noches porque tener que cuidar a ese niño que pasaba llorándole a su madre no era su pasatiempo favorito debe decir, más cuando se abrazaba de sus piernas y no se calmaba hasta que comenzaba a acariciarle el cabello. Le recordaba a Layza, la pequeña niña que se asustaba de su propia sombra y ahora se había hecho tan fuerte que podía curar hasta al más herido de su clan, por eso mismo había decidido dejarla atrás y no llevarla con él aunque quisiera.
El cuarto día los asesinos no se habían presentado en la noche como siempre lo hacían, ya había vuelto a la cabaña con el desayuno del día, había ido a pescar algo en la noche para que el principito comiera algo más que fruta pero apenas estaba cerca los notó logrando enfrentarse a ellos sin que se pudieran acercar a su mocoso, lo bueno es que alcanzó a ir a arrojarlos por el barranco antes de que ese chico despertara, también se había quitado gran parte de la sangre al meterse al lago que estaba cerca.
Lo que si no se dio cuenta es que los pescados fueron apuñalados y ahora lucían realmente mal logrando hacer enojar al principito malcriado.
Si no fuera porque Enji se lo pidió jura que ya se lo hubiera dado de comer a su clan.
Bueno, a la parte del clan que comía carne humana.
Decidió seguirlo, disfrutando de las dificultades que el mocoso estaba pasando, pero ya después de un rato se había vuelto aburrido así que decidió guiarlo al lago, después de todo tenía que pescar nuevos peces para el niño.
Sinceramente no esperó que ver un simple charco gigante de agua le alegrara tanto, mucho menos esperó que la amara tanto, pensó que realmente estaba intentando ahogarse para liberarse de su "secuestro" por lo que rápidamente decidió "salvarlo" aunque al parecer se había equivocado.
Le gustaba mirarlo, sus gestos eran raros, la mitad de su rostro quemado lo era mucho más, era raro que un príncipe estuviera marcado de tal forma pero aunque en cualquier persona se viera asqueroso en ese chico lucía bien, parecía hasta boni--
ー¡Bakugō! ー
El grito de Kirishima le hizo despegar sus ojos del mocoso de dos colores para llevarlos a sus chicos, se había movido a ellos, observando rápidamente si la sangre que cargaban era de ellos o de alguien más, gracias al olor pudo saber que pertenecía a alguien más.
Parece que al niño le incomodaba ver esa sangre así que permitió que lavaran a Layza, sinceramente a él no le importaba pero no quería que ella tuviera sangre de bastardos mal paridos encima así que siempre que podía intentaba mantenerla limpia.
ー¿Cuando lo liberaste? ー
ーEl primer día ー
ー¿Y no intentó huir? ー
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Acendrado 「BakuTodo」
FanfictionEn el último lugar donde lo esperas podrás encontrar tu futuro.