ᴛᴡᴇɴᴛʏ-sᴇᴠᴇɴ

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Hace ya bastantes días que no había dormido tan relajado como ese día, no sentía cansancio, no sentía hambre, no sentía dolor, no sentía nada más que paz y mucho calor, tanto calor que se vio obligado a despertar y alejarse de los brazos del dios del sueño.

Solo giró un poco la cabeza antes de bostezar, se negaba a abrir los ojos y volver a la realidad, estaba perfecto así.

Pero sabe que debe hacerlo, no puede seguir con la guardia baja solo porque un dragón les esté protegiendo, debe ser firme, como el príncipe que es.

Y ese mismo príncipe que es casi se derritió al darse cuenta que estaba durmiendo sobre Bakugō, de nuevo.

Pero ahora era diferente, ahora sus rodillas estaban en contacto con la tierra, ambos brazos estaban en el pecho ajeno, ahora no estaban en una comoda cama, ahora estaban apoyado en el estómago de Kirishima convertido en dragón mientras una de sus alas le servía de techo.

Además Bakugō le abrazaba con fuerza por la espalda mientras de nuevo estaba cubierto por la capa del susodicho.

¿Por qué seguía protegiéndolo tanto?

Se acurrucó más a su cuerpo, incluso se permitió apretar un poco las piernas, se sentía como un niño en los brazos de su padre, se sentía cálido, querido, cuidado.

Más ahora que una mano se acomodó en su cabello y murmuró algo en un idioma que de nuevo no entendió.

Sintió ganas de llorar.

Apretó los labios y solo cerró los ojos intentando contenerse, no era un niño tonto que no podía controlarse, había sufrido muchas cosas a lo largo de su vida y hace mucho tiempo que aprendió a no llorar, porque no tenía motivos para llorar, pero ahora, ahora simplemente no podía, no cuando se sentía tan cálido y protegido, no cuando su corazón estaba lleno de dicha.

Sabía bien que Bakugō lo dejaría apenas estuviera "fuera de peligro" y no lo quería, no quería volver, no quería estar de nuevo en ese lugar donde no hay libertad, donde ni siquiera sabía que estaba siendo capturado con su voluntad.

No quería ser tratado con indiferencia de nuevo, quería seguir ahí, casi muriendo, pero siendo él, sintiendo la vida al raz del peligro, comiendo porquerías y durmiendo en el suelo mientras una capa olorosa le cubre el cuerpo, no pedía nada más que eso, nada más que quedarse a su lado.

Un fuerte estallido hizo que todos se sobresaltaran, no alcanzó ni a mirar a Bakugō cuando estaba siendo sujetado de la cintura y subido de un impulso al dragón que rápidamente se había acomodado para volar.

ー¡Rápido! ¡Al castillo! ー

No, no quería volver, no tenía sentido volver ahora, no cuando por fin estaba siendo libre.

Abrazó el torso de Bakugō por la espalda solo para sujetarse, no quería soltarlo, no quería que fueran capturados, pero tampoco quería que fueran asesinados.

ーMaldita vieja bruja, esta me la va a pagar ー

Gruñó Bakugō entre dientes mientras entrelazaba su mano sobre la de Todoroki, sabía que estaba asustado, hasta él sentía miedo, por eso estaba huyendo en vez de pelear, porque no estaba en sus planes salir herido y no poder protegerlo más.

...

ー¿Qué carajos haces aquí, mocoso? ー

La voz de su padre le hizo abrir los ojos. No había soltado la espalda de Bakugō en todo el vuelo así que no sabía dónde iban, y sinceramente le asombró ver a un dragón en medio de su castillo, le asombró más ver a su padre en ropa de dormir con una espada en la mano.

ー¿No podías ser más obvio? ¿A quién se le ocurre traer a un maldito dragón en medio de un castillo? ー

ーArgh, cállate maldito viejo, la vieja me encontró, cuida de Shōto, volveré por él en dos días ー

ーEse no era el trato, no te daré a mi hijo ー

Bakugō lo empujó aún así fuera del dragón dónde cayó directamente en los brazos de su padre, ese que aunque lo atajó, no lo estaba mirando.

ーY tú juras que te estoy pidiendo permiso ー

Bakugō sonrió con una sonrisa llena de confianza que mostraba sus dientes, y él, sin querer no pudo evitar sonreír de igual forma, Bakugō no lo abandonó, lo podía asegurar.

Enji solo le cubrió la cabeza con la capa que Bakugō le dejó y así lo llevó dentro, cargado como una princesa.

No luchó para defenderse, algo le decía que no.

Pero ahora tenía más motivos para hablar con su padre, porque a él no pensaba dejarlo tranquilo, y Enji bien que lo sabía, porque fue llevado inmediatamente a la alcoba del rey en ese momento.

ーTomarás un baño en mi habitación, apestas, luego te cambiarás de ropa y comerás, solo ahí hablaremos ー

ーSi, padreー

Reverenció antes de seguir a una sirvienta, se le notaba molesto y justo ahora no quería ser castigado sin motivo como había ocurrido antes, aprendió a leer el ambiente y en ese momento solo podía entender que su padre no era exactamente su enemigo.

Acendrado 「BakuTodo」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora