ᴛᴡᴇɴᴛʏ-ᴛʜʀᴇᴇ

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Galopar sin parar era algo que lo tenía mal, su cuerpo dolía, no sentía su trasero, no poder dormir hacía que su cabeza palpitara cada vez que el caballo se movía.

Se quería morir.

Pero no iba a decirlo.

No cuando Bakugō había recorrido lo mismo que él y sin peros, también era el único que había comido algo, aunque no sirvió de mucho porque lo vomitó.

Definitivamente estaba enfermo pero no iba a aceptarlo, no mientras no pudiera asegurar que estuvieran a salvo, ¿¡Qué les pasaba!? ¿Se habían puesto de acuerdo tanto asesinos como demonios?

Iba a darle una gran regañada a su padre por lo que fuera que hubiera hecho.

ーAguanta un poco más niño bonito, ya casi llegamos ー

La mano que le rodeaba en su cintura lo apretó mucho más contra el cuerpo ajeno, ¿Y saben qué? Ni siquiera se quejó, es más, se acomodó más contra él, aprovechó y apoyó su cabeza en el hombro de Bakugō para que pudiera sujetarla, aprovechó de cargar todo su peso contra su pecho a ver si podía dejarle de doler, solo quería parar, ya no quería luchar.

Sí que era un debilucho.

Bueno, cualquiera lo sería si hubieran estado más de una semana privados de comida, líquidos y sueño.

Poco sintió que el caballo se detuvo, pero quizás por la inercia su cuerpo se fue al frente y luego a un costado amenazando con hacerlo caer, pero no luchó, no luchó por sujetarse, no tenía la fuerza para ello.

Por suerte Bakugō sí así que lo sostuvo hasta que el caballo se arrodillaba y así pudieron bajar los dos.

O mejor dicho, fue cargado dentro de un lugar que parecía más cálido que una cueva.

No luchó, de manera instintiva solo se apoyaba contra Bakugō, solo buscaba su piel, sentía que si se alejaba de él moriría, sentía que tenía que estar a su lado, que fuera lo que estuviera consumiendolo solo estaba al margen porque Bakugō estaba a su lado.

Su mundo se estaba apagando.

Durmió dos días completos, quizás tres, no lo sabía muy bien, pero si sabía que fue forzado a alimentarse y a beber agua en esos lapsos, sabe bien que le abrieron la boca y metieron algo dentro que se vio obligado a tragar.

Seguramente pescado, era imposible morir atragantado por la carne blanda del pescado.

Cuando abrió los ojos solo pudo ver oscuridad, fácilmente descubrió que era de noche, que estaban en un lugar húmedo, que no estaba solo porque sentía un calor cubrirle desde la espalda y que tenía un jodido oso durmiendo justo al lado de él.

El grito que pegó logró despertar a todos los inquilinos del lugar, y eso incluía al caballo, a Bakugō, dos oseznos que dormían sobre sus piernas, y mamá oso que acababa de abrir los ojos claramente molesta.

ーTranquila ー

Una voz ronca y baja irrumpió el sonido que había creado desde atrás de sus oídos, pronto notó que estaba siendo abrazado desde la espalda, proto notó que su cuerpo entero estaba envuelto en mantas /aunque no sus manos, por eso sentía tanto frío en ellas/, pronto notó que estaba durmiendo sobre una osa que gentilmente les estaba dando cobijo.

Rápidamente se quedó callado.

Bakugō volvió a hablar en ese idioma tan extraño que conocía para tranquilizar al animal, y asombrosamente la osa se había acomodado para volver a dormir, para volver a apoyarse en él y darle cariño.

ーSí tienes suficiente fuerza para gritar ve a comer alguna mierda ー

Gruñó Bakugō antes de soltar sus brazos y así dejarlo ir, ¿Qué era ese hombre? ¿Como podía estar durmiendo tan cómodamente frente a un oso como si nada hubiera pasado...?

¿Por qué estaba cubierto de heridas?

¿¡Los habían atacado mientras dormía!?

Observó con rapidez el lugar en busca de el bolso que Bakugō siempre cargaba, quiso correr y buscar algo para curarlo pero al parecer incluso sus pensamientos fueron leídos.

ーDije comida ー

Repitió ese hombre mientras le sujetaba del brazo haciendo que se volviera a sentar en el suelo, aunque ahora ya no estaba tan cubierto así que sentía frío.

ーPero estás herido ー

Pudo ver cómo los ojos de Bakugō hicieron una mueca de fastidio al girarlos, ¿Por qué estaba mal que él lo curara? ¿Era porque no tenía poderes curativos y así era inútil?

ーNo voy a morir por este tipo de heridas, a diferencia de un principito que morirá si no come hoy ー

Al parecer las costumbres se pegan porque sin querer gruñó con fastidio exactamente cómo ese hombre lo hacía.

ーSoy tu príncipe, tienes que hacerme caso ー

Al parecer sus palabras hicieron algo porque Bakugō se vio confundido por unos segundos antes de ampliar una sonrisa más que macabra en sus labios, quiso correr, quiso alejarse y esconderse pero sintió tanto miedo que solo pudo quedarse de pie observando como era envenenando con esos ojos rojos que le robaban el aliento.

ーSeh', tienes razón, eres mío, pero yo no soy tuyo, niño ー

Cayó sentando cuando Bakugō se había sentado, la presencia que liberaba le hacía sentir aterrado, sus manos temblaban, sus piernas se sentían débiles, sentía que en cualquier segundo iba a ser comido.

Solo cerró los ojos cuando lo vio acercarse, iba a morir.

Lo sabía, no debía confiar en él, lo sabe desde el comienzo, pero ahí estaba, como idiota siendo presa de algo que no era humano solo porque fueron amable con él. 

ーPapá...ー

Murmuró bajito justo antes de sentir el sonido de algo estruendoso que lo hizo abrir los ojos de golpe, Bakugō estaba ahí, al frente de él con una expresión de dolido que no logró entender.

La lluvia que había comenzado lo obligó a quedarse dentro de la cueva, solo, en un pedacito pequeño que los oseznos le dejaban usar, porque Bakugō no volvió a hablarle durante todo el resto de la noche.

Acendrado 「BakuTodo」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora