Roca Casterly
Despertaron a Cersei mucho antes de que el sol apareciera sobre las Tierras del Oeste.
Su doncella parecía nerviosa, Cersei casi diría que aterrada, pero desconocía a qué se debía.
-¿Qué sucede? -preguntó con la voz más grave de lo normal debido al brusco despertar.
-Un mensajero de Dorne.
«Myrcella», la mente de Cersei se despertó al pensar en su hija.
Cersei se quito la manta y ordenó que le trajese un vestido sencillo y la prepara con rapidez. Pidió que solo cepillase su cabello, nada demasiado elaborado.
-Ha dejado su mensaje en la sala de recepción -dijo la doncella.
Cersei salió de sus aposentos y se encontró con sus dos guardias ya esperándola. Su doncella había actuado con rapidez y la discreción adecuada; Cersei se dijo que debería recompensar su servicio.
Sus guardias la acompañaron hasta el lugar indicado por la doncella, en completo silencio para no despertar a toda la Roca. Mientras caminaba, Cersei recordó que esa misma mañana Bastet saldría en busca de Myrcella, aunque tal vez su hija estaba a salvo y no sería necesario ir hasta Lanza del Sol.
Otro de sus guardias esperaba en la sala, con el misterioso mensaje de Dorne.
-¿Qué es esto? -preguntó Cersei al ver una caja de madera.
-Mi señora, el mensaje de Dorne.
-Abridla -ordenó, al tiempo que hacía un movimiento de cabeza en dirección a la caja.
El alma de Cersei cayó en aquel mismo instante. Quería respirar, pero no podía. Quería girar, pero solo aspiraba aire sin dejarlo salir.
-¡El mensajero! -gritó al fin-. ¡Traedlo! ¡Haced algo!
-Mi señora, se ha marchado...
-¡Encontradlo ahora mismo!
Cersei sentía que sus piernas temblaban. Sus sollozos aumentaron cuando se acercó a la caja. Todo a su alrededor se nubló, todo lo que no fuese lo que tenía delante.
-¡Llamad a Bastet! ¡Ya!
No quería estar sola. Su doncella se aproximó por su espalda y la sujetó para evitar que cayera.
-Mi señora...
-Qué alguien llame a Bastet... -los sollozos de Cersei aumentaron-. Necesito que Bastet venga...
La profecía de la Rana se había cumplido.
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Desembarco del Rey
Cuando Aegon fue informado de lo sucedido, se maravilló de su suerte. Tachó mentalmente el nombre de la joven Baratheon de su lista de rivales, y caviló sobre quién sería su próximo objetivo. Un nombre brillaba más que el resto en su mente, de color rojo como la sangre que sería vertida.
Aegon quería deshacerse de una vez por todas de Bastet Targaryen, quien le parecía su mayor amenaza en aquellos momentos.
Aegon salió de sus aposentos, dispuesto a buscar a Daenerys para hacerle saber las buenas noticias y pedirle permiso para su siguiente movimiento. Detestaba depender de su mujer para movimientos así, pero era Daenerys quien mandaba sobre los dragones y la reina de Meereen por derecho propio; él era el hijo de Rhaegar Targaryen, por el momento tan sólo su consorte, pero cuando consiguiesen deshacerse definitivamente de la Reina Flor y su hija podría reclamar su derecho de nacimiento.
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La segunda danza de dragones.«Khal Drogo»
FanficHace mucho tiempo los dragones danzaron en Poniente dejando tras ellos un rastro de fuego y sangre. El conflicto entre dos hermanos provocó que miles de personas pereciesen al ritmo de su baile. Pero tal masacre no volvería a sucederse. ¿O sí? { ﹀...