La segunda danza de dragones.«Khal Drogo»

~Capítulo 17~

Del fuego naciste

Esas palabras se repetían sin cesar en su cabeza...

En cenizas viniste

y solo podía pensar en ellas mientras estaba en la gran hoguera.

La respuesta había estado todo el rato ahí, frente a todos.

Fuego y sangre

Algo se empezaba a mover.

Mientras la piedra se abre

Sintió abrirse el huevo de dragón.

Mientras tu otra mitad vuelve

Resonó en su mente cuando se dragon recién nacido se acurrucada en sus brazos.

No supo cuánto tiempo había pasado ahí dentro y no vio las caras preocupadas del resto.

Cuando entró cerró los ojos. Las llamas no la mataron, solo la acogieron como un cálido abrazo. Oía como poco a poco el huevo se abría entre sus brazos.

Cuando las llamas se apagaron salió.
No le importó que su ropa se hubiese quemado, pero daba igual. Nadie podía apartar la vista del dragón que dormía en sus brazos.

—Que todo el mundo venga a conocer el milagro —dijo en voz alta—. Esta es Viseniam.

El pequeño dragón rosa se movió entre sus brazos. Parecía saber ya su nombre.

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¿Y ahora qué? Encontró la respuesta en el mismo lugar:los libros que le había regalado Tyrion.

Había encontrado como eclosionar el huevo en los libros y encontró cómo cuidar de su pequeña ahí también.

Viseniam se convirtió en la principal atracción de Vaes Dothrak, todos querían ver el milagro. Desde el reinado del rey Aegon III Veneno de Dragón, estas bestias habían desaparecido. Hasta ahora.

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—¿Cómo es posible que tenga un dragón? —decía Daenerys a su consejero Ser Jorah.

—Según el rumor, de la misma manera que vos, Khaleesi.

—Pensaba que era la única con este don... Debía ser la única...

Dany se tocó su naciente pelo plateado. Su larga melana de plata se había quemado en la pira donde nacieron sus hijos. Al salir de ella sin daño, se había ganado a gran parte del khalasar de Drogo. Pensaba que era especial, pero su hermana siempre estaba lista para arrebatarle todo lo que le importaba.

Bastet siempre había sido una egoísta.

Daenerys se quedó en silencio mientras miraba a sus dragones pelearse por un trazo de carne.

«Dicen que son únicos hijos que tendré», pensó ella. Aquellas habladurías sobre ella la enfermaban. Todos tenían algo que decir sobre la Madre de Dragones y sus tres criaturas. La mayoría bastante lejos de la realidad, pero eso significaba que Aerys estaba bien escondido.

—Ser Jorah, quiero que se aumente los turnos de vigilancia —ordenó Daenerys—, quiero que mis hijos estén a salvo.

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—¿Cómo le das de comer? —preguntó Sansa.

La niña Stark estaba jugando con Viseniam. Bastet le había advertido que un dragón no era un juguete, pero a Viseniam le encantaban los mimos.

—Aparta un momento —le dijo Bastet, y tendió un trozo de carne ante Viseniam—. Dracarys.

Viseniam echó una pequeña llamarada que sirvió para chamuscar la carne.

—¿Qué significa? —preguntó Sansa.

—Es «Fuegodragon» en Alto Valyrio, es la orden para que queme. Lo encontré en los libros de Tyrion.

—¿Al igual que el la manera de lograr que naciera? —preguntó Sansa sin apartar la vista de la dragoncita.

Bastet se levantó y fue a por el libro que había resuelto todos sus probelamas.

—Lo encontré en este poema.

Sansa cogió el libro y lo leyó.

Del fuego naciste
para al fuego volver.
En cenicas viniste
para en cenizas perder.

Nacidos con ígnea sangre,
hijos del astro ardiente
del gran imperio naciente,
destinados a verter sangre.

Fuego y sangre.
Que retumben en tu memoria.
Fuego y sangre.
Siente en tu interior su llamada.
Fuego y sangre.
Eso resume nuestra vida.

Abraza la llamada,
temer no has a la llama.
Siente su calor
mientras la piedra se abre.
Siente su abrasor
mientras tu otra mitad vuelve.

Visenya Targaryen

Sansa se quedó mirando el libro.

—No sabía que la reina Visenya fuese poeta. En las historias de la Vieja Tata siempre era la reina Rhaenys la que más amaba el arte, mientras que Visenya se preocupaba más de aspectos prácticos.

—Yo tampoco, pero gracias a este poema supe como hacer que Viseniam naciese.

—Me parece raro —dijo Sansa—. Creí que solo en los cuentos aparece algo que soluciona todas tus problemas mágicamente. Supongo que fue suerte que lord Tyrion tuviera este libro.

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Nana Cotha se alegró mucho de la vuelta de Bastet. Las cosas se habían calmado durante su viaje y su niña no había sido descubierta allí como una Targaryen. Además, se había traído otra niña. Nana Cotha se sorprendió cuando al volver Bastet vio a Sansa.

No esperaba que aquella niña asustadiza fuese la persona que necesitaba Isatra.

—Sansa Stark, mi nueva protegida —la presentó Bastet a su regreso. La niña sólo pudo hacer una ligera reverencia—. Esta es mi madre, Nana Cotha.

No esperaba que aquella niña asustadiza fuera la persona que necesitaba Isatra.

Bastet le contó la historia que le había contado Sansa: cómo fue obligada a ver morir a su honorable padre, la guerra iniciada por su hermano mayor, la desaparición de Arya, los abusos de los Lannister.

—Mi niña, hiciste lo correcto —le dijo Nana Cotha.

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Khal Ordon volvía a Vaes Dothrak para gran alegría de su madre, la venerable Cotha.

Nana Cotha dispuso todos los preparativos necesarios para celebrar el regreso dr su hijo.

Bastet quería a Ordon como su hermano, pero ahora que era la khaleesi de otro khalasar debía actuar de acuerdo a su papel.

Y, como llevaba ocurriendo últimamente, si verdadero hermano también se presentó con malas noticias.