En ese instante se dijeron con la mirada que sabían qué pasaba y qué ocurriría en un futuro.
—¡¿Qué está pasando aquí?! —gritó Viserys.
«Genial... Por lo visto mi hermana no se ha llevado a esta serpiente», pensó Bastet.
Daenerys había sido lo suficiente lista como para llevarse a un poco más del khalasar de Drogo, menos a su hermano.
—¡¿Y mi hermana?! —siguió inquiriendo él.
—Tu hermana se ha marchado —le contestó Drogo.
—¡Pues ve a buscarla! —Viserys se encaró hacia él como si pudiera amenazarlo.
—No, no puede ir a buscarla —contestó Bastet.
—¡¿Qué has dicho?! ¡Es su esposa, debe ir a buscarla!
—Joven Viserys—empezó a hablar Nana Cotha, con voz tranquila—, Khal Drogo no puede ir a buscar a su esposa porque ya no lo es.
—¿Qué? —preguntó Viserys, confundido.
Existía una antigua ley entre los dothraki que dictaba lo siguiente: si una khaleesi conseguía escapar de su khal su enlace quedaba roto porque la mujer demostraba ser superior a su marido.
Esta era una práctica en desuso, por supuesto, porque muy pocas se atrevían a huir de sus esposos. Si se daba el caso, la mujer en cuestión era libre de actuar como le conveniese a ella y ningún otro hombre dothraki podría forzarla.
Los khales no podían ir tras sus esposas para obligarlas a volver ni hacerles ningún tipo de daño si conseguían huir lo suficientemente lejos. Algunos khales habían ido tras ellas, pero muchas viudas del Dosh Khaleen solían ser compasivas con aquellas mujeres por haberse atrevido a algo que pocas hacían, y el khal era castigado con la vergüenza.
—Daenerys ya no está casada con Khal Drogo —repitió Nana Cotha—. Ha demostrado ser más fuerte que él. Y por lo que vemos, la mitad del khalasar la creía mejor líder.
Por fin Bastet y Drogo eran libres si quisiesen.
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Tras sobreponerse de la sorpresa inicial había que calcular las pérdidas en el khalasar, ver quién se había quedado y quién no.
Ser Jorah se había ido con Daenerys, pero no así Serhat. El tío de Richard se había quedado (para desgracia de algunos) junto a su khal. Los mejores guerreros habían permanecido fiel a su verdadero líder, pero todavía así eran pocos comparados con los muchos aceptables que habían seguido a Daenerys. En un combate serían tres soldados aceptables de Daenerys por cada excelente combatiente de Drogo.
Nadie sabía que pudo haberles dicho Daenerys para conseguir tanta aceptación, pero había funcionado.
Pasaron los días y todo parecía volver a su cauce.
—Khal Drogo quiere ver a la hija de la venerable Cotha —le dijo Richard a Bastet después de varios días—. Tiene algo para ti.
Y resultó que tenía el huevo de dragón en la mano.
—¿Mi hermana no se lo llevó? —preguntó Bastet.
—Desde que me lo devolviste, lo tuve guardado —contestó Drogo.
—¿No lo echó en falta?
—Sí, pero no me dijo nada directamente —respondió el khal—. Pero no te he llamado por eso.
—¿Y luego por qué? —lo interrogó ella.
Drogo le tendió el huevo.
—Ya no hay nada que te impida haceptarlo. Las dos cosas.
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La segunda danza de dragones.«Khal Drogo»
Hayran KurguHace mucho tiempo los dragones danzaron en Poniente dejando tras ellos un rastro de fuego y sangre. El conflicto entre dos hermanos provocó que miles de personas pereciesen al ritmo de su baile. Pero tal masacre no volvería a sucederse. ¿O sí? { ﹀...