6. Elección

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Cinco días. Solo cinco puñeteros días me concedió Alek de descanso por haber soportado los azotes de Ömar. No es lo peor que me han hecho, debí haber resistido más.

Debilucha.

—Cherry voy a limpiarte las heridas. —Anne sostiene una bolsita con algodón y una botella de alcohol.

—Gracias —respondo secamente.

Anne es amable pero mi condición no me permite ser gentil con ella. Pasa el algodón empapado en alcohol por mi espalda, suspiro por el escozor sin embargo me mantengo inmóvil.

—¿Por qué estás aquí Anne?

—¿Qué quieres decir? Estoy curándote.

—No, me refiero a porqué estás en este lugar ¿Por qué trabajas aquí? Eres la única mujer guardia.

—¡Ahh! no tengo a dónde ir.

—Cualquier lugar sería mejor que este.

—No tengo a nadie en la vida, solo a Alek.

—Preferiría no tener a nadie que tener a ese miserable.

—Él no es tan malo.

—Dices eso porque a ti no te tiene como esclava —respondo con amargura.

¿Es en serio que ella piensa que Alek no es tan malo?

—Si lo sé, tu tienes motivos para odiarlo, pero conmigo se ha portado bien.

Me quedo en silencio, no me importa que tan bien se ha portado con Anne, para mí es una escoria de persona. Ella termina de limpiar mis heridas y se retira de mi habitación. Gran parte del día la paso acostada boca abajo sobre mi cama, trato de no moverme para no exacerbar el dolor.

—Uy que mal tratada te dejó el árabe. —Cinna da una palmada en mi espalda y pego un brinco en la cama— ¡Ay perdón! ¿Te duele?

—Lárgate de mi habitación —siseo.

—Primero voy a tomar lo que quiero.

Ella busca entre mis cosas, revuelve los objetos del cajón de la mesita, algunos los tira al piso rompiéndolos. ¿Qué está haciendo la estúpida? Saca mis prendas del ropero sin ningún tipo de delicadeza, escucho la tela desgarrarse. Juntando todas mis fuerzas me pongo de pie.

—¿Qué haces maldita zorra?

—¿Dónde está el perfume? —Me empuja y me estrello contra la pared provocando un alarido de dolor.

—¡Eso no te importa, lárgate de mi habitación!

—¡DAME EL PERFUME SI NO QUIERES QUE ROMPA TODAS TUS PORQUERÍAS!

—¡Lárgate! —La empujo lo más fuerte que el dolor me permite, pero ella es más alta que yo y no está lastimada.

Me toma del cabello y me arrastra fuera de la habitación. Grito y me remuevo, pero no logro zafarme de su agarre. Entra en la pieza donde duerme ella junto con otras cuatro esclavas y me avienta al piso entre las camas.

—Chicas, ¿Sabían que Cherry tiene un nuevo perfume y la muy envidiosa no quiere compartirlo con nosotras?

Las esclavas me miran con rabia, Cookie una negra acuerpada se levanta y me toma por el brazo, ella dice algo que no entiendo, en el Burdel hay mujeres de varias partes del mundo y aunque comprendo un poco algunas palabras en otros idiomas el de Cookie es desconocido para mí, pero al parecer ella si comprende lo que Cina ha dicho.

Ella me grita y zarandea, supongo que quiere que les entregue el perfume pero no lo pienso hacer, no me importa si me lastiman más, eso sería beneficioso para mí, podría descansar más días. El alboroto llama la atención de los guardias que llegan impartiendo azotes sin preguntar qué ha pasado.

PENUMBRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora