PENUMBRA

29. Abu Dhabi

Me estoy acostumbrando muy fácil a despertar entre los brazos de mi precioso y demente árabe, su cuerpo ardiente alrededor del mío me hace sentir segura, que él me protege, así como lo hizo anoche.

Verlo dormir hace a mi corazón hincharse, este hombre loco y peligroso lo hizo latir de nuevo, lo devolvió a la vida. Acaricio su atractivo rostro, lo tiene semi enterrado en la almohada. ¿Cómo puede ser tan perfecto? No es algo normal.

—Te amo aunque estás excesivamente perturbado.

Sus labios se curvan en una sonrisa coqueta acelerándome la respiración, él lo logra con facilidad, desde la primera vez que lo tuve de frente y sus ojos marrones me miraron con esa intensidad gélida característica de él.

Abre el ojo que tiene descubierto y lo cierra de repente tapándoselos con la mano.

—Corre las cortinas —comenta molesto.

Me pongo de pie en un salto y hago lo que pidió, la habitación queda en una penumbra relativa, las cortinas son muy gruesas y no permiten el paso de la luz, pero un ligero marco luminoso al rededor de ellas provee un poco de claridad.

Le quito la mano del rostro y me la llevo a los labios. ¿Por qué le molesta la luz a veces? Lo mismo pasó en la sala de música.

—Ya puedes abrir los ojos —le digo al oído y dejándole un beso también sobre la oreja.

—Gracias. —Se gira en la cama para ponerse boca arriba, veo las marcas de las mordidas que le di en el baño y el corte en su brazo por la navaja—. Me quedé dormido.

—Te ves hermoso cuando duermes, casi pareces una persona normal. —Ambos nos reímos.

—Tengo que irme a vestir, fíjate si hay mucha luz en el pasillo.

Su petición me extraña, me asomo por la puerta de la habitación, el pasillo está iluminado, las cortinas del ventanal están abiertas, las cierro para que no le moleste la luz y pueda cruzar a su habitación. Regreso a la cama con él y lo abrazo, no quiero que se vaya todavía.

—¿Por qué te molesta la luz de repente?

—Se me dificulta pasar de la oscuridad a la luz. No tolero los rayos del sol.

—Pero hemos estado en el exterior a la luz del día. —Él frunce el ceño.

—Olvídalo, me voy a mi habitación tengo cosas que hacer.

—Ömar. —Tomo su mano antes de que se levante de la cama—. ¿Qué va a pasar con Max?

—Voy a deshacerme de él, no te preocupes.

—¿Y si te metes en problemas? ¿Qué va a pasar cuando su familia empiece a buscarlo?

—Nadie sabe que estuvo aquí, Maximillian pretendía hacer un negocio por debajo del agua con los fondos de la empresa de su esposa, no le convenía hacer pública su visita a Dubái, lo manejó todo con mucha discreción, incluso el número de teléfono con el que se comunicaba con nosotros no es el de su contacto habitual.

Nosotros no hacemos negocios sucios, la empresa de mi padre siempre ha sido transparente y así la hemos mantenido.

—¿Nosotros? ¿Quiénes? —Se pone de pie y comienza a caminar hacia la puerta aún desnudo.

—Somos un equipo de trabajo, yo solo no puedo dirigir una empresa tan grande.

—Entonces no te preocupa que puedas verte involucrado.

—Nunca me han involucrado aibtikari.

Sale de mi habitación dejando esa última frase flotando en el aire. ¿Nunca lo ha involucrado? ¿Él ha hecho esto en otras ocasiones? ¿Ha asesinado a otras personas? Por supuesto que lo ha hecho, la forma y la determinación en que clavó la navaja en el cuerpo de Max no es la de una persona que lo hace por primera vez.