PENUMBRA

10. Cinnamon

—¿Qué quería mi padre contigo Nath? —Alek me sostiene del pelo y habla con sus labios pegados a mi mejilla.

—Quería saber que tal van las cosas con Ömar, si lo estoy complaciendo.

—¿Es todo? ¿Te dijo algo más?

—Nada más saydaa, solo quería asegurarse que esté haciendo un buen trabajo. —Me suelta y se separa sólo unos centímetros de mi.

—Tengo un tarea para ti Cherry.

—Lo que ordene saydaa.

—Tenemos una situación que debe ser arreglada esta misma noche y tú te vas a encargar de hacerlo.

—¿Qué debo hacer?

—Cinnamon está embarazada. —¡Mierda! es Cinnamon—. Y tienes que darle este medicamento —me entrega un frasquito con tabletas— no me importa como lo hagas ni cuánto tiempo te tome, pero esta noche debe quedar solucionado.

—¿Cómo debo dárselo?

—Debe tomar una de estas y las otras van en la vagina.

—¿En la vagina? ¿Debo introducírselas?

—Por supuesto estúpida.

—Saydaa, ella no se va a dejar —Alek me da una bofetada suave pero que arde en mi rostro.

—No me interesa como lo hagas, solo hazlo.

—¿Saydaa, puedo tener la ayuda de uno de los guardias?

—Khan te ayudará a amarrarla si lo necesitas, pero nada más, el medicamento se los das tu sola.

—¿Por qué yo saydaa?

—Por que te lo estoy ordenando Cherry, no me cuestiones si no quieres ganarte un castigo. Ahora lárgate, tengo que recibir a Shawn.

Busco a Khan por todo el burdel, el guardia siempre parece estar detrás de mí y ahora no puedo encontrarlo, casi anochece cuando por fin lo localizo y justamente en compañía de Cinna que parece asustada.

Me acerco en silencio y despacio a ellos, con señas le indico a Khan que me siga, el guardia lo hace, debe suponer que se trata de algún mensaje de Alek.

—Necesito que lleves a Cinna a mi habitación y me ayudas a amarrarla —susurro lo más bajo que puedo, hay muchas esclavas en este momento a nuestro rededor.

—¿Qué vas hacer Cherry? —pregunta frunciendo el ceño.

—Es una orden de Alek, ¿Quieres que venga él y te lo diga personalmente?

—No es necesario, solo dime qué no la lastimarás más de la cuenta. —Mi expresión de curiosidad no le debe ser inadvertida.

¿Eres el papá Khan? Estarás tan jodido si se entera Alek.

—Solo haré lo que me ordenaron.

—Bien, yo la llevo, solo déjame buscar unas cuerdas, espéranos en tu habitación.

Regreso a la mazmorra acompañada de Torek, el nuevo guardia es joven y algunas lo consideran atractivo, yo no, a mí me parece tan repulsivo como los otros, quizá es porque es un guardia y los odio a todos.

Una mole de músculos y actitud de perdonavidas, un imbécil. Lleva en este lugar apenas una semana y hasta ahorita no he cruzado palabras con él.

—Cherry ¿Cierto? —No lo miro y sólo asiento con la cabeza.

—No me hablas ¿Te doy miedo acaso? —pongo los ojos en blanco y aprieto los labios.

¿Será un requisito ser un total descerebrado para ser guardia en este lugar?