Capítulo 6

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Bastian, 7 años de edad. 

Bárbara, 2 años de edad, 

verano de 1992...

Bastian observó el lugar algo adormilado, por alguna razón ahora está sobre la camilla donde debería estar su mamá, pero solo están él y Bárbara, preguntándose cómo llegaron ambos hasta allí, movió a Bárbara para despertarla. Ella, algo molesta por el movimiento y la luz entrando en sus ojos, se levantó de mala gana, confundida.

—¿Mamá? —pregunto Bastian buscando con la mirada dentro del lugar.

Bianca detrás de las cortinas escucho el llamado de Bastian, movió con su mano la tela para poder verle mejor, Bastian dirigió su mirada hacia ese punto, Bianca le hizo señas para que se quedase allí un momento y volvió a cerrar la cortina.

—Bas... —murmuro Bárbara abrazándose a él—. Tengo hambre.

—Yo también —afirmo él acariciando la cabeza de Bárbara.

Bastian se sentó en la camilla para poder despertarse mejor, Bárbara hizo el mismo gesto y se recostó contra él. Bianca al fin entro en la habitación, se acercó a ellos y beso sus frentes.

—Mamá, ¿está bien la tía Luar? —cuestiono Bastian recordando que está en el hospital también.

—Va a tener que quedarse un tiempo, cielo —comento Bianca acariciando el cabello de Bastian—, pero luego va a poder volver, nosotros nos vamos a ir ahora.

—Espera —Bastian tomo a su mamá por el brazo algo alterado.

Bárbara también se exaltó un poco ante el repentino movimiento.

—¿Qué ocurre? —pregunto Bianca, preocupada por él.

—El hombre... El hombre no va a volver. ¿Verdad que no? —cuestiono Bastian algo nervioso.

—No —Bianca suspiro con pesadez al notar lo asustado que está Bastian—. No tengas miedo, mamá está bien, la tía Luar lo estará y ese hombre no va a volver —Beso su frente intentando no echarse a llorar por todo el miedo que quedará por siempre dentro de su niño.

—Tía, tengo hambre —murmuro Bárbara mirando a Bianca con ojitos expectantes.

—Sí, ya nos vamos a casa para que podamos comer, o mejor comemos algo de comida en la calle, ¿qué piensan? —cuestiono Bianca intentando animarlos.

—Quiero comer tus empa... Emparedados —aseguro Bárbara mirando a su tía algo cansada por lo movido de ambos días.

—Yo también —asintió de acuerdo Bastian.

—Bien, entonces a casa —Bianca sonrió y tomo a Bárbara para bajarla de la camilla.

Bastian simplemente se lanzó de esta y se acurrucó contra una de las piernas de su madre, Bianca los tomo a ambos, de las manos, estando uno de cada lado. Saludo en despedida al policía sentado en la sala de emergencias, que dejaron para cuidar a Luar los primeros días, y él mismo le dijo que no van a haber muchos problemas para la orden de restricción de Héctor. Primero que nada, porque Bárbara no está registrada como su hija, así que no tiene excusas para exigir una visita y segundo, porque las pruebas contra él son más que visibles. Bianca tampoco está preocupada por ella misma, porque su pelea, según los policías, lo más seguro es que quede en defensa propia.

Ya en la calle frente al hospital, Bianca levanto la mano para parar un taxi y subir a los niños a este, luego de estar dentro dio la dirección de su edificio y acurruco a los niños a su lado para mantenerlos seguros.

Las hadas nos odian │ST 2│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora