Capítulo 44

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Bastian, 30 años de edad. 

Bárbara, 25 años de edad. 

Primavera de 2015...

—Abuela —dijeron dos voces al unísono.

Bastian suspiró con frustración al escuchar el eco de esa palabra con una voz femenina. Él está sentado en un banco del patio del hospital, donde Anne y él descansan mientras ven caminar a algunos residentes y enfermeras. Miro de reojo a una joven de crespos rojizos y alborotados, sus ojos son una mezcla entre verde y marrón. Tiene pecas en el abdomen que se notan por su top ajustado de tiros finos, labios pequeños, pero bien definidos. Nariz respingada y ojos expresivos.

—Que yo sepa, mi abuela tiene una sola nieta y esa soy yo —La chica le miro despectivamente.

—Aja —respondió Bastian ignorándola.

—Dalia —dijo en tono de atención Anne, mirando a su nieta con el ceño fruncido.

—Abuela —Dalia sonrió levantando sus manos que llevan un par de envases con el almuerzo de ese día—. Vine a comer contigo —Se sentó en el espacio que quedaba al lado de su abuela y dejo las cosas en el suelo para poder abrazarla—. Pensé en ya sabes, venir en tu descanso. Porque es fin de semana y no tengo planes.

Anne levantó su mano para acariciar a Dalia en un cálido abrazo.

—Sabes que me encanta que pases tiempo conmigo —aseguro Anne con una sonrisa.

Dalia le dio una mirada de soslayo a Bastian mientras aún abraza a su abuela y le saco la lengua. Bastian abrió y cerró la boca sin palabras, dejando solo una sonrisa.

—Infantil —susurro Bastian mirando a Dalia.

Dalia infló sus mejillas y se separó de su abuela.

—Abuela, ¿Me vas a dar? —cuestiono Bastian mirando el almuerzo que Dalia le trajo a Anne—. Ya sabes que olvide el mío hoy, caíste como anillo al dedo —Bastian se quedó mirando a Dalia.

—¡Ja! —bufo, Dalia.

Anne suspiró, sin poder creer que ambos se están peleando de nuevo por su atención. Desde que Bastian empezó a llamarla abuela fuera de las horas de trabajo, cada vez que se encuentra con Dalia terminan discutiendo como niños. De alguna forma entiende que para ambos ella sea una de las pocas personas en la ciudad con la que tienen un vínculo. Su nieta porque perdió a sus padres y Bastian porque vive solo. Bueno, por ahora.

—Voy a comprar el postre, quédense ambos aquí —comento Anne levantándose de su lugar, ya está vieja para lidiar con cosas así, que los jóvenes resuelvan sus asuntos solos.

Bastian y Dalia se quedaron en silencio, cada uno en su esquina de la banca.

—Entonces... —comenzó a hablar Bastian—. ¿Vas a hacer tus prácticas pronto, no?

Dalia lo miro de reojo y asintió.

Se volvieron a quedar en silencio.

—¿Para ti es difícil trabajar en el área de salud? —pregunto Dalia luego de un rato.

Bastian sonrió.

—Depende —comento Bastian—. Pueden pasar muchas cosas, atender a un paciente de carácter difícil o uno que cree saber más que tú, incluso puede ser un niño. Aunque sinceramente la mayoría de las veces es más fácil lidiar con los niños, difíciles son sus padres —La miro y luego se encogió de hombros—. Tienes que experimentarlo. Estar con tus amigas de seguro te ayuda a adaptarte mejor.

Las hadas nos odian │ST 2│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora