Capítulo 57

13 2 6
                                    

Alain Delon, 

57 años de edad. 

Otoño de 2018.

—Las hadas odiaron a mi padre —comento Bianca sentada sobre la tumba de su padre, me la quede mirando y tome su mano.

—¿Por qué dices eso? —pregunte ya que me descoloca un poco cada vez que habla para sí misma en medio de la tristeza.

—Papá era un soñador, quería un cuento de hadas, vivir la vida lleno de felicidad, pero todo acabo así. El muerto y mamá, aprovechándose de ello, papá no se casó con la princesa, ni con la bruja, ni siquiera con un demonio, sino con una humana común, y creo que eso fue aún peor.

Me quedé en silencio y me senté a un lado de ella con cuidado, empecé a acariciar su cabeza y ella a sollozar. No puedo hacer mucho más, solo permanecer a su lado, hasta que ella logre volver a ponerse de pie.

Di un fuerte suspiro, de poco me sirve soñar con el pasado.

—Ahora estoy yo sentado sobre tu tumba, espero no te moleste. Luar me dijo que Bastian estaría aquí, quiero despedirme antes de irme del país —Soy incapaz de irme sin al menos intentarlo una vez más—. Las hadas también nos odiaron, no tuvimos nuestro final feliz —suspiré.

—No hay tal cosa como un final feliz por siempre —dijo Bastian acercándose a mí—. No pensé que vendrías.

Ya lo había visto, llevo un buen rato mirándolo desde una distancia prudente, me quede hasta el final del velorio e incluso, hasta que se empezó a reír junto a sus amigos, cuando ya solo quedaban ellos. Decidí quedarme a una distancia prudente, espiando, no puedo llamarlo de otra forma, hasta qué vine aquí, ya que él realmente parecía no estar interesado en mi presencia, a pesar de verme de reojo de vez en cuando.

—¿Ya sabias que vendría?

—Fui yo quien le dijo a Luar que te dijera, es un pésimo momento y no quería visitar a mamá solo, después de tanto tiempo, tú eres la otra persona que tampoco ha pisado este lugar, supongo que me siento menos incómodo con esa idea. Decidí seguirte cuando vi que te alejabas, realmente me ha costado aceptar la idea de que estés aquí.

Bastian tomó asiento en la esquina de la tumba de Bianca, el mármol blanco contrastó inmediatamente con su traje negro.

—Es la primera vez que tú vienes aquí y esta es la segunda vez que yo lo hago, mamá debe estar enojada con ambos, por no venir antes.

Me quedé en silencio, un poco crédulo, ya que Luar decía la verdad, respecto a que él no visitaba la tumba de Bianca. Y también me impacta un poco su imagen, todo este tiempo imaginé a mi hijo de una manera muy diferente, hasta este día, verlo interactuando con otros fue una grata revelación. Es gentil y risueño. De lejos lo vi llorando junto a otras personas, supongo que sus amigos de infancia, y aunque se quebró, pudo mantener la calma. En cada carta, me lo imaginé diferente a la anterior; dulce, triste, llorón, terco, histérico e iracundo, pero siempre con una imagen mental de su rostro afligido por todo. Me narré a mí mismo una historia, que tal vez paso, pero no como me la imagine. Se siente extraño, ver su perfil tranquilo, en paz, como si el huracán que me imagine con las cartas, hubiese sido todo producto de una exageración mía.

—No eres como te imagine —asegure.

—Lo dudo, mamá sabía exactamente como me sentía siempre, me conocía mejor que yo mismo, pero no permití que me ayudara —Bastian, me miro de reojo—. Incluso si mi madre robo mis libros de notas para escribirte sobre mí, e incluso aquellos que solo usaba para entretenimiento, realmente no lo necesitaba, ella podía leerme como a una poesía con el tamaño de fuente igual a la de un edificio. Luar también sabe mucho sobre mí.

Las hadas nos odian │ST 2│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora