Capítulo 23

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Bastian 16 años de edad. 

Bárbara 12 años de edad. 

Invierno del 2002...

Abril miro a Gabriel con una media sonrisa. Él se limitó a suspirar, recostado contra la pared en el exterior del club, ambos salieron para tomar aire y olvidarse del congestionamiento del lugar. Solo están hablando entre ellos, intentando conocerse mejor. Abril se acercó a él y también se recostó contra la pared, con algo de timidez entrelazo sus dedos con los de Gabriel. Él sonrió mirándola de soslayo, pensando muy dentro de él que para ser tan expresiva a la hora de hablar es bastante «pura» a su manera.

—¿Escuchas eso? —pregunto ella mirando hacia la calle con cierta curiosidad.

—Es una ambulancia, debe haber algún accidente —Gabriel se encogió de hombros restándole importancia.

Ambos observaron a la ambulancia acercarse y esperaron que pasara de largo, pero cuando se detuvo frente a la puerta del lugar se tensaron con nerviosismo. Abril miro a Gabriel en busca de una respuesta, pero él simplemente se quedó quieto pensando que tal vez alguien tuvo un accidente menor en las escaleras o algún bar tender se cortó con un vidrio roto. No sería la primera vez que ocurre un incidente. Ambos miraron como Vidal salió con Bastian en brazos para entregárselo a los paramédicos con rapidez, quienes lo acostaron en una camilla. Abril apretó con fuerza la mano de Gabriel por el susto.

—¡Esperen! ¡Por favor, esperen! —Abril corrió hacia la ambulancia.

Gabriel le sigue los pasos de muy cerca.

Ella detuvo a los paramédicos y puso sus manos sobre Bastian con preocupación, miro a su alrededor preguntándose si los demás también vendrían, pero al no verlos salir del establecimiento se puso aún más ansiosa.

—Señorita... ¡Señorita! —grito uno de los paramédicos, capturando al fin la atención de Abril luego de estar gritando por algunos segundos—. Suéltelo por favor.

—No, no. Él es mi amigo —aseguro ella apretando uno de los brazos de Bastian.

—¿Qué paso? —cuestiono Gabriel.

—Es una larga historia —respondió Vidal observando la escena.

—Solo uno de ustedes puede venir —dijo rápidamente el paramédico.

—Ve tu Abril, llámame cuando lleguen al hospital, yo buscare a los demás e iré en la camioneta —pidió Gabriel mirándola con calma.

Ella ni siquiera lo dudo y se subió junto a los paramédicos a la ambulancia, para quedarse al lado de Bastian. Luego de que se fueran, Gabriel se quedó viendo en silencio a Vidal.

—Explícate, antes de que haga una estupidez —ordeno Gabriel mirándole de mala manera.

—Deberías darme las gracias —comento Vidal con ironía para luego suspirar—. Lo drogaron, no sé quiénes son, pero esas personas sí los conocen a ustedes.

—¿Cómo sabes que lo drogaron? —cuestiono Gabriel con recelo.

—Porque me ofrecieron drogarlos a todos más temprano en la noche —Vidal desvió la mirada cuando noto que Gabriel apretó la mandíbula—. Me negué, obviamente, sé que pude haberles dicho algo a ustedes, pero parecían niños de gente importante y no quise meterme en líos, apenas y puedo mantener este trabajo —Levanto ambas manos como diciéndole que se rinde.

—Pero... —Gabriel se pensó unos minutos cuál debe ser su siguiente pregunta—. ¿Por qué estaba en ropa interior?

Vidal se quedó en silencio unos minutos, ya que él tampoco está seguro de que era lo que pasaba dentro de ese baño, no está seguro de si se estaban aprovechando de Bastian, todo paso demasiado rápido.

Las hadas nos odian │ST 2│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora