Capítulo 48

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Bárbara, 27 años de edad. 

2017.

Bárbara abrió la puerta de la entrada, expectante. Un repartidor de paquetería había tocado el timbre.

—Buenos días —dijo ella con una sonrisa, ajusto sus lentes de sol.

Espero una respuesta.

—¿Es usted Bárbara de la Vega? —el repartidor la miró curioso.

—Sí, soy yo ¿Es un paquete?

El repartidor asintió, pero ella no lo notó. Levantó una tabla, con un papel en ella y se la acerco.

—Por favor firme, para recibir el paquete —pidió el repartidor aun con la mano extendida.

Ella sonrió y extendió su mano.

—Guíame, porque no puedo ver el lugar —explico ella.

—Entiendo.

Luego de firmar y recibir el paquete, Bárbara se sentó a la mesa del comedor con un cuchillo en mano y abrió el borde del paquete, hurgo durante unos segundos dentro del mismo y sacó el contenido. Un par de hojas y un anillo, acompañados por una pequeña tarjeta blanca llena de puntos en relieve. Bárbara empezó leyendo la tarjeta, cerro sus ojos por costumbre para concentrarse y pasó suavemente las yemas de sus dedos sobre esta.

«Transcribí esta carta para ti, Bianca te la dejo. Me gustaría decir que me tome libertades para cambiar el contenido, pero, aunque me disguste la idea de dártela. Creo que no puedo negarte los sentimientos que mi mejor amiga dejo para ti. Con amor, mamá»

El corazón de Bárbara se aceleró, emocionada por tener algo más de Bianca y enojada al mismo tiempo por no haberlo obtenido antes. Tomó las hojas en sus manos y jugueteo con el anillo entre sus dedos para empezar a leer.

«Quiero pensar que nunca vas a leer esto y te lo diré yo misma en su momento, pero prefiero prevenir, lo siento por empezar de esta forma. Debería iniciar con ¿Cómo está mi fotógrafa estrella? ¿Ya estás exhibiendo tu trabajo en alguna galería? ¿Vendes bien? ¿Te sale mucho trabajo? Espero que sí, deseo que sea así. Me gustaría dejarte una cámara nueva junto a esta carta, pero supongo que podrás comprarla tú misma para el momento que leas esto. Si es que lo haces, claro.»

Los ojos de Bárbara se cristalizaron al leer las preguntas.

—La fotografía, ahora es un sueño lejano Bi —murmuro esperando que su respuesta llegue a ella.

«No sé si tu mamá te lo haya dicho, pero desde el primer momento que vi a Bastian observándote con ojos brillantes y sonrisa embobada, fue como una pesadilla. Es que por favor. ¿Quién quiere que sus dos hijos se vuelvan pareja? Te crie como mía durante un tiempo y fue un gran impacto, simplemente hacerme a la idea de que podría ocurrir algo entre ustedes.

Que crecieran a diferente ritmo me era difícil de observar, como en cada una de esas etapas chocaban intentando encajar.

Criar a otro ser humano es difícil, el que te diga lo contrario, lo puedes mandar a comer mierda. Aprendí mucho de ustedes, puede que no haya aprendido a soltar el miedo de que todo saliese mal. Si lo miro bien, todo salió de la peor manera posible. No pude cuidarlos bien, pensé que el dinero y mi presencia era suficiente. Pero constantemente necesitaba un consejo y no sabía a quién pedírselo porque me aleje de todos. Así que ahora, voy a darte un consejo, al menos quiero creer que tengo suficiente «sabiduría» para que esto sea un consejo.

No te quedes con él, ese es mi consejo.

Amo a Bastian, pero también te amo a ti. Y no quiero que te quedes con él. Antes de que te pongas triste, déjame explicarte. Esta carta la vas a recibir luego de mi muerte, si llegas a tener una relación de pareja con Bastian. Eso significa que, a pesar de todo, te quedaste a su lado. Incluso si no es con él, espero que esto te sirva en tu vida.

Las hadas nos odian │ST 2│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora