Capítulo 32

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Bastian, 23 años de edad. 

Bárbara, 18 años de edad. 

Otoño de 2007...

Bárbara está sentada en el rincón de su lado del balcón, con las piernas entre las barandas, sujetando su celular con fuerza, esperando que suene nuevamente mientras mira a la calle. Aguardando pacientemente por la respuesta de Dionne sobre cómo está sobrellevando el nuevo ambiente, y también intentando responder lo mejor que puede las preguntas de Aarón para saber cómo está Bastian. Ella suspiró pensativa ¿Qué puede saber ella de Bastian? Desde que falto aquel día en el aeropuerto, hace un mes, no le ha vuelto a hablar. Ni siquiera lo mira cuando se cruzan en la calle, mucho menos cuando salen al mismo tiempo al balcón.

—También extraño a Dionne —aseguro Leonardo saliendo al balcón con dos tazas de chocolate caliente—. No sé cómo pudiste hacerme adicto a esta mierda —comento mirando las tazas en sus manos—. Tiene suficiente azúcar como para no dormir por una semana.

—No exageres —Bárbara levanto su mano para coger la taza que él le acercó—. ¿Dionne si te escribe?

—¿Acaso me odia como para no hacerlo? —pregunto Leonardo confundido, sentándose a su lado, pero de espaldas a las barandas, ya que sus piernas no entran en los espacios entre los tubos—. De vez en cuando me cuenta cosas que le pasan y yo a ella, sabes cómo es Dionne, prefiere preguntarte a ti como estoy, que preguntármelo directamente a mí.

—Cierto —Bárbara sonrió dando un sorbo al chocolate—. ¿Tú también te irás, no? ¿Cuándo lo harás?

—No pienses en eso ahora —Leonardo levanto su mano para rozar su mejilla y sonrió—. Voy a quedarme contigo hasta que acabe el año, vamos a disfrutarlo juntos ¿Bien? —Recogió sus piernas y las cruzo—. ¿Qué te parece si vamos a una fiesta? Pronto habrá un evento en el club Olíbano, harán una reinauguración. Ya eres mayor, puedes ir conmigo.

—¿Quieres verme hacer estriptis? Puedo hacerlo aquí sobre la mesa, si quieres —Bárbara empezó a reír al ver el rostro sin expresión de Leonardo—. Te pones tan serio, está bien, es una buena idea, ahora que ya no estamos en el instituto.

—Ay Barbie —suspiro—. Se te esponja el afro cada que dices una estupidez —Señalo la luna—. Tus ojos se ven como ella y mucho más cuando estás triste, así como ahora.

—No estoy triste —refuto Bárbara tomando otro sorbo de su taza y desviando la mirada.

—¿Despechada entonces? —replico Leonardo.

Ella guardó silencio.

—Sabes que estoy aquí para escucharte cuando lo necesites.

—Lo sé, solo no quiero hablar de ello —Se encogió de hombros—. Yo...

Bárbara dejó de hablar al escuchar la puerta del otro apartamento, lo primero que se asomó fue la luz del interior. Luego salió Bastian sosteniendo una agenda y un lápiz en su mano, él se quedó mirando a Bárbara y a Leonardo en silencio con algo de recelo, levanto una de sus cejas y suspiro. Bárbara se mordió la mejilla manteniendo su mirada fija en Bastian y con expresión sería, giro hacia otro lado. Bastian apretó las cosas en sus manos y acabo por meterse nuevamente en el apartamento.

—Joder que intenso —murmuro Leonardo en medio de un suspiro, antes de dar un gran sorbo al chocolate de su taza.

—Solamente ignóralo.

—Es más fácil decirlo que hacerlo, me mira como si quisiera matarme —Leonardo sonrió burlón.

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Las hadas nos odian │ST 2│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora