Capítulo 16

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Bastian 14 años de edad.

Bárbara 10 años de edad. 

Invierno de 2000...

—¡Feliz cumpleaños a ti! —grito Bastian lanzándose sobre la cama de Bárbara, despertándola de su sueño acogedor.

Bárbara en medio del susto y el movimiento cayó de bruces al suelo, su cabello alborotado hace una esponjosa maraña de cabellos; su pijama de pantalón y suéter de algodón, se arrugó por todas partes y las sabanas quedaron enredadas en uno de sus pies al caer. Se sobó la cabeza por el dolor y abrió sus ojos ligeramente, gruñéndole a Bastian, su boca se siente algo reseca por el tiempo frío. 

—Ahora me duele la cabeza —gruño Bárbara mirándole mal mientras lucha con la luz de la mañana.

Bastian sonrió de lado sentándose en la cama, se rascó el cuello y bostezo un poco, entrelazo sus piernas y puso su codo izquierdo sobre sus muslos, dejando ver la cicatriz que tiene cerca de su codo. Aún le da un poco de escozor a veces, pero nada que lo haga sufrir por siempre. Aunque Bárbara se siente culpable de ello cada vez que él lo menciona, así que evita hacer comentarios sobre la cicatriz enfrente de ella.

—Te tengo un regalo —aseguro Bastian moviéndose un poco en su lugar y sonrojándose, aunque hace lo posible porque no se note.

—¡Sí! ¡¿Qué es?! ¡¿Qué es?! —grito emocionada levantándose rápidamente del suelo, como si le hubiesen dado un shock repentino de adrenalina.

—Primero cepíllate los dientes —murmuro Bastian desviando la mirada, por suerte dejo el regalo en el comedor.

Bárbara hizo un puchero rodando los ojos y fue hacia al baño. Bastian volvió a bostezar y se rascó un poco la cabeza, se levantó de su lugar y fue hacia la cocina de Luar, ella se encuentra haciendo panqueques con chispas de chocolate para celebrar el día. Bastian metió sus manos al pantalón deportivo azul marino y se meció un poco para alborotar su franela blanca, se sentó en un banco y miro a su tía.

—¿Ya se lo diste? —pregunto Luar mirando con una media sonrisa a Bastian.

—No, le dije que se arreglara antes —murmuro Bastian, algo avergonzado—. Me dio algo de vergüenza, ustedes le compraron cosas increíbles y yo solo le compré un vestido...

—¿Y por eso te vas a desanimar? —Sonrió burlona Luar—. Créeme, no importa si le regalas una piedra, le va a encantar.

Bastian se sonrojó un poco y puso una de sus manos sobre su rostro para ocultarlo, pero nada puede ocultar de la visión de Luar sus orejas rojizas, que lo delatan fácilmente. "Crecieron tan rápido" pensó Luar mirando a Bastian, el tiempo se les escapó entre las manos.

—Tía... —murmuro Bastian mirando a Luar un poco acongojado—. Yo... —Se mordió la mejilla pensando en cómo decirlo.

La actitud de Bastian tomo toda la atención de Luar, preguntándose qué es lo quiere decirle.

—No es nada... —Bastian bajo su rostro avergonzado, como se le ocurrió pensar siquiera en mencionarle que tiene sentimientos por Bárbara.

Luar se encogió de hombros sin comprender, restándole importancia.

—¡Estoy aquí! —exclamo emocionada Bárbara corriendo a abrazar a su mamá.

Bastian se animó un poco al ver lo emocionada que está Bárbara y sonrió sin poder evitarlo, Bárbara se giró a mirarlo y lo abrazo curioseando su rostro con una sonrisa. Le sacudió un poco y Bastian empezó a reír.

Las hadas nos odian │ST 2│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora