Capítulo 7

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Bastian, 8 años de edad. 

Bárbara, 3 años de edad, 

otoño de 1993...

—¡No me persigas! —Se quejó Bastian huyendo de Bárbara por el balcón que conecta ambos apartamentos, corriendo hacia la entrada del de Luar—. ¡Te digo que no me persigas, no quiero jugar contigo!

—¡Bastian! —exclamo Bárbara cuando no pudo agarrarlo por la camisa mientras él abría la puerta del balcón a su casa.

—¡Tía, dile a Bárbara que me deje hacer mis tareas en paz! —grito Bastian corriendo a la cocina para hablar con su tía seriamente.

—¡Hermano! —exclamo iracunda Bárbara al escucharlo quejarse con su mamá.

Bastian se detuvo en seco al escucharla y se giró.

—¡No eres mi hermana! —Le grito de regreso aún más molesto, con todo el rostro sonrojado de ira.

—¡Bastian! —exclamo Luar al escucharle gritar eso, saliendo de la cocina para verlo—. ¿Por qué dices esas cosas? —cuestiono ella algo impresionada por la repentina rabieta de él.

—No, no somos... —empezó a murmurar Bastian al observar como a Bárbara se le cristalizan los ojos y como Luar lo mira algo molesta—. No somos hermanos... —aseguro en un hilillo de voz, con el rostro sonrojado, esta vez por la vergüenza y los ojos un poco cristalizados.

¿Por qué le molesta tanto que Bárbara lo llame hermano? ¿Ellos son como familia? ¿no? Empezó a cuestionarse a sí mismo Bastian en su mente. ¿Qué estaba mal con él? No odia a Bárbara, pero no le gusta que lo llame hermano.

Luar suspiro, al darse cuenta de lo que pasa en realidad, tendrá que hablarlo con Bianca cuando llegue del trabajo, en la tienda de mascotas, para saber qué harán con la situación.

—Bastian —llamo con suavidad Luar—. Sé lo que intentas decir —Luar se acercó a él para acariciar su cabello—, pero gritar no es una manera correcta de hacerlo, si te molesta que te llame así solo pídele que te llame por tu nombre, Bárbara puede entenderte. Las palabras son mejor cuando las usas calmado ¿Sí?

Bastian asintió de acuerdo, Luar tiene razón. Solamente necesita pedirle a Bárbara que no lo llame así más, él miró a Bárbara algo avergonzado, le había estado gritando a una niña pequeña aun siendo el mayor.

Luar se acercó a Bárbara para cargarla y luego miro a Bastian.

—Podrías por favor —empezó a balbucear Bastian—. Por favor, nada más llamarme por mi nombre.

—No —espeto tajante Bárbara sin entender por qué Bastian de repente se coloca tan molesto con ella cuando empieza a llamarlo hermano.

—Cariño —Luar acaricio la mejilla inflada de Bárbara por su puchero—. A Bastian no le gusta que lo llames de ese modo, es como cuando te digo que voy a darte de comer pescado.

Bárbara miró a su madre algo nerviosa, no le iba a dar pescado justo en ese momento ¿O sí?

—El desagrado que sientes por el pescado, es lo que Bastian siente hacia la palabra hermano —comento Luar intentando explicarle.

Bárbara paso su mirada de Bastian, que asiente de acuerdo con la explicación de Luar, aun sin saber por qué existe ese desagrado, a su madre nuevamente. ¿Por qué de repente esa palabra le sabe mal a Bastian? Se cuestionó Bárbara aún más confundida ¿Las palabras tienen sabores? Bueno, si a Bastian le sabe tan mal como a ella el pescado, entonces no se la dirá más.

Las hadas nos odian │ST 2│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora