Capítulo 26

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Bastian, 18 años de edad. 

Bárbara, 13 años de edad. 

Otoño del 2003...

Bastian se acomodó en su asiento, está en clase, en un nuevo instituto, lleno de rostros extraños por doquier y poco tiempo para adaptarse al último año que le queda por cursar. Él se quedó mirando el lapicero en su mano, Aarón y él no quedaron en la misma clase, pero eso ni siquiera es lo peor. No, lo peor es que se siente invisible, los compañeros le hablan con normalidad y preguntan un montón de cosas sobre el dinero que tienen, ya que ambos vienen de una institución prestigiosa. El interés de los otros por su dinero solo lo hace sentir aún peor.

Su pierna se mueve con movimientos repetitivos contra el suelo, haciendo vibrar su cuerpo mientras repite el movimiento con más rapidez.

La madre de Aarón llevo un caso a juicio contra su anterior instituto, sin embargo, no termino en nada, era obvio, con todas esas fotos rondando, nadie les creería. Además de que el poder económico y las conexiones de los directivos de la institución está muy por encima de la de sus padres. Pelear en vano solamente sería un derroche de dinero y tiempo. Que lograran una vez algo contra la institución no significaba que podrían repetirlo de nuevo, mucho menos con tantos rumores retorcidos recorriendo los oídos de las personas involucradas. Beatriz fue premiada por la directora, se graduó como una alumna ejemplar y obtuvo una placa en el instituto al promedio más alto.

En la mente de Bastian aún sigue corriendo la duda de que fue lo realmente paso esa noche en el club, las emociones se le agolpan con fuerza y las entrañas se le retuercen. Cuando le preguntó a sus amigos, ellos tampoco estaban seguros, incluso fue a hablar con Vidal para saber si él tenía más detalles, sin embargo, él tampoco le pudo dar una respuesta clara. Todos le dijeron que no se preocupara, que era poca la probabilidad de que algo hubiese pasado. Pero... Aún existe esa remota posibilidad que lo persigue. Solo le quedo desahogarse escribiendo en su diario.

El timbre sonó y Bastian se apresuró a recoger todas sus cosas para poder irse, igual no hay nadie de quien despedirse en este salón. Ya no puede esperar encontrarse con Abril, Gabriel, Raúl, Sebastián o Natalia en los pasillos. Sus padres los pusieron en los institutos en los que mejor les pareció, aparte Raúl se fue de la ciudad. ¿Cuánto tiempo ha pasado después de todo? ¿Un año y medio? Tal vez menos, tal vez más.

Por suerte, Liam y Emily no quisieron separar Aarón de él, ni a Dionne de Bárbara, ya que eso los entristecería aún más.

Bastian empezó a caminar por los pasillos con cierto pesar, hay muchas personas, pero siente como si caminara por un campo abierto, el ruido no acaba de ocultar el silencio ensordecedor que hay en su mente. Alguien se lanzó sobre su espalda y lo abrazo con fuerza. Bastian sonrió de lado reconociendo los brazos de Aarón. Se giró a mirarlo y suspiro al ver su caballera castaña alborotada y sus ojos oscuros.

—Cada día te encoges más, ¿No crees? —comento Bastian con una media sonrisa.

—Que te den... —espeto Aarón frunciendo el ceño y apartándose de él para caminar a su lado hasta la salida.

Bastian solo es más alto que él por unos seis o siete centímetros.

—Dionne y Bárbara hoy irán al centro a comer pizza ¿Deberíamos ir con ellas? —pregunto Aarón apartando la puerta de salida para dejar pasar a Bastian.

—No recuerdo que nos invitaran —dijo Bastian, poco convencido, acomodando su camisa.

—Oh vamos... No les va a molestar que nos colemos a su salida —aseguró Aarón con una sonrisa—. Deberíamos ir a comer chatarra para relajarnos, además, Dionne mencionó que iban a salir con chicos —murmuro Aarón desviando la mirada en medio de un suspiro, haciendo su mejor intento de hacer que Bastian se interese en la situación—. Y ella dijo que uno de ellos es muy, muy guapo y tengo curiosidad —comento dando un silbido divertido.

Las hadas nos odian │ST 2│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora