Capítulo 34

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Bastian, 23 años de edad.

Bárbara, 18 años de edad.

Otoño de 2007...

—¿Por qué sigues aquí? —pregunto Bastian, está recostado contra el marco de la puerta de su habitación, mientras se frota el puente de la nariz y frunce el ceño por el dolor de cabeza—. Ya casi son las tres de la tarde ¿No tienes casa? —Miro a Gabriel.

Gabriel pasó la noche en el mueble luego de un corto trayecto en coche que pareció eterno, por lo incómodo que fue ir junto a Leonardo y Bárbara, con Bastian haciendo ley de hielo.

—Él me está contando como le ha ido —comento Bianca trayéndole un vaso de jugo a Gabriel—. Te trajo a casa cuando ni siquiera podías mantenerte de pie, dale las gracias.

Bastian desvió la mirada y con pasos pesados se dirigió a la cocina en silencio.

Gabriel aprovechó la oportunidad para seguirlo, tomándose de golpe el jugo en su vaso, para llevarlo al lavaplatos y así poder estar a solas un momento con Bastian. Él entró a la cocina y se encontró con Bastian revolviendo el interior de la nevera, se asomó por la parte superior de la puerta y volvió a rebuscar en el interior para tomar un par de yogures que se encontraban en el fondo.

—¿Qué quieres? —pregunto Bastian de mal humor buscando una cuchara para mezclar el yogur.

—Entiendo lo que sientes y por lo que pasaste, todos estuvimos en problemas luego de ese día, per...

—¿Pero qué? —corto Bastian—. Fuimos a un juzgado Gabriel, un maldito juzgado. ¿Y qué hicieron los adultos? Se burlaron de todos ¡Se burlaron de mí, por sentirme mal porque me drogo una chica! ¡Jódete! ¡Vete con tu mierda motivacional a otro lado! —exclamo metiendo de mala gana un poco de yogur a su boca—. Tenía dieciséis ¿Y qué me dijeron? «Deberías sentirte increíble porque una chica te toco» «Ojalá a mí me hubiese pasado eso a tu edad» «No entiendo por qué estás tan horrorizado, yo hubiese aprovechado». La mayoría de los que me dijeron esas cosas eran hombres, pero las mujeres eran aún peores —Bastian suspiro—. Me veían como si fuese la cosa más patética del mundo cuando me quejaba, para que me dijeran «Que era poco masculino» ¡Me preguntaron si hacía drama porque no me gustan las chicas! La verdad, no lo sé. No sé por qué me tiene que importar, a nadie le importa. Apenas y lo recuerdo, y esa foto que me tomaron es solo basura, no pasa nada.

—Para decir que no te importa, lo estás sujetando bastante a tus recuerdos —comento Gabriel haciendo una mueca.

—¿Y eso qué? —Bastian miro fijamente a Gabriel—. ¡¿Qué joder?! ¿Tengo que hacer como que no dijeron nunca nada, solamente por qué soy hombre? Bien, lo entiendo, ahora lárgate.

—No me refería a eso Bastian —Intento explicar Gabriel—. Deberías tal vez ir a terapia para deshacerte de esos sentimientos y superarlo. Las drogas, no son algo que te vaya a ayudar.

—Ja... —Bastian sonrió con ironía—. Ustedes me hacían el vacío cada vez que alguien tocaba el tema después de «perder» contra la directiva del instituto, después de que prácticamente nos expulsara. Al principio pensé que si lo hablaba con ustedes encontraría una respuesta para lo que estaba sintiendo, pero cuando note que esquivaban el tema y fingían que nada paso, no supe qué hacer —Metió una cucharada de yogur a su boca—. Realmente creí que lo mejor era solo ignorarlo también, hacer que nada paso. Todos parecían más felices cuando hice eso, era como si repentinamente todo el asunto se hubiese convertido en un secreto que había que enterrar, así que todo está bien, sigamos haciendo lo mismo, es lo mejor para todos.

Las hadas nos odian │ST 2│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora