Una semana había pasado y André se volvió en la atracción del instituto, todos deseaban hablar con él era un chico cálido, amable, gracioso, pero sobre todo extremadamente guapo, tanto las chicas como los chicos tomaban fotos de él solo para suspirar al mirarlas.
Pero como suele decirse quien muchos seguidores tienen muchos, hater arrastra, en el caso de André uno en especial que lo observaba con tanto odio que sus ojos verdes eran cada vez mas intensos
Bill detestaba ver como el rubio estaba cada minuto y segundo con Jason y lo peor, el odio lo consumía al ver como el que era su chico sonría lleno de felicidad.
Egoísta, por supuesto se sabia egoísta, pero no podía controlarlo era mas fuerte que él.
Como todas las mañanas esta no era diferente, Bill se ubicaba en un costado lejos de la vista de Brithany que no lo dejaba respirar y observaba como Jason entraba a clase con un rubio que lo jalaba de la mano, sus puños se cerraban y su estomago se retorcía como si hubiera tomado vinagre
-Aquí estas- la voz de Bri rompió su soledad
-¿Qué quieres?
-Biil que ¿pasa contigo? ¿Qué estas viendo? dijo curiosa siguiendo la dirección en el que el moreno veía casi sin pestañear.
-Se ven tan lindos, ese francés definitivamente le tiene ganas a Jason, lo que no sabría asegurar es si ojitos azules, le van o no, lo chicos- afirmo Bri inocentemente mientras veía cuando André tomaba a Jason por detrás de las rodillas y lo levantaba sobre sus hombros, ambos reían y el azabache le daba de golpecito en las nalgas tonificadas del rubio para que lo bajara.
Así jugaron estos frente a la mirada atenta de varios testigos para luego perderse en el salón de clase.
Bill suspiro buscando calmarse, quería ir y reclamar lo que creía era suyo, pero no tenia derecho, varias veces trato de acercarse a Jason, pero cada vez que lo hizo sentía que lo observaban y decidía irse.
Odio cada parte de su ser, quería tomarse el tiempo para saber lo que realmente sentía, sin intención de lastimar aun mas a Jason, pero no fue hasta que apareció el rubio que pudo estar seguro de sus sentimos, ahora solo restaba recoger toda la valentía que le faltaba y tomar lo que consideraba suyo.
La primera hora había terminado, Jason le indico a André la oficina del profesor de lenguas extranjeras y el se dirigió al baño sin advertir que alguien lo estaba siguiendo.
Entro al baño realizo sus asuntos y cuando fue lavarse las manos, recostado contra el lavatorio, estaba quien hacia que sus latidos se volvieran erráticos, con total disimulo, como lo venia haciendo hace semanas, se acerco.
- ¿Brennan como estas? Levanto los puños de su camisa y comenzó a lavar sus manos.
-Bien, pero se nota que tu mucho mejor.
Jason noto la voz molesta y cuando vio el reflejo del moreno detrás, solo le regalo una sonrisa burlona. Este parecía un niño al que le sacaron su juguetes, sus brazos cruzados, su boca hacia un costado casi mordiendo sus labios y su par de ojos penetrantes atravesaban el espejo encontrándose con los grandes ojos azules divertidos.
-Es cierto me siento muy bien- termino de hablar y dio unos pasos para salir, pero Bill lo sujeto, este giro sobre sus pies y sus rostros quedaron a pocos centímetros uno del otro,
-¿Te diviertes mas con él que conmigo?. Dijo casi gruñendo-
-No...
Bill sonrió triunfante, por unos segundos.
-Porque con él no juego. Jason disfruto observando como se borraba esa sonrisa ganadora en Bill.
Estas semanas fueron una tortura para él, ya estaba arto de los tires aflojes de Bill, este no era claro, y Jason no quería adivinar.
Había días que lo acorralaba para robarle un beso, otros salían de la mano con Brithany y lo ignoraba por completo.
Los treinta días habían pasado, la luna de miel termino, y aunque el corazón del chico de ojos azules estaba prendado de Bill, se había cansado de este juego tortuoso.
Si el moreno sentía curiosidad que busque otra victima él ya no cedería, aunque en este preciso momento odio cada parte de su cuerpo que se derretía con el toque de las manos del moreno.
-¿Qué quieres Bill? hablo cansado dando un paso hacia atrás.
-A ti.
Jason sonrió y antes de que el moreno pudiera reaccionar se abalanzo sobre él, sus labios succionaron el labio inferior y sus dientes lo mordieron ligeramente, trastabillando lo llevo contra los azulejos, Bill aun no podía reaccionar, Jason tomo el control de su cuerpo a tal punto que sintió como la mano sujeto su miembro sobre el pantalón.
Los besos continuaron hasta el cuello, el moreno se hizo a un costado disfrutando de cada toque, sus manos se dirigieron a ese trasero perfecto que extrañaba tocar , pero de repente sintió unas voces acercándose, y sus ojos se abrieron, todo su cuerpo se tenso, y empujo a Jason alejándolo mientras se acomodaba la ropa apresuradamente.
Las voces poco a poco se alejaron, solo eran jóvenes transitando por el lugar, pero fue suficiente para que el moreno entre en estado de alerta. Sus ojos verdes se posaron en el hermoso rostro frente a él, los dedos largos y delicados se deslizaron por sus labios limpiando los restos de saliva que esos besos apasionados habían dejado, luego se acerco a Bill que enderezo su cuerpo casi instintivamente
Susurro- ya no molestes, esto es mas de lo que tu hombría puede manejar, no quiero perder la poca amistad que nos queda. - Jason sonrió y salió del lugar-
😎💕
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Prohibido enamorarse Jason
RomanceUna fiesta, varios jugadores, 30 días ¿Un simple juego podría transformarse en algo real?